¿Hipólito reinventado?

 ¿Hipólito reinventado?

Claudio Acosta.

Todo el mundo supo, desde que salió de los labios de Reinaldo Pared, que se trató de un piropo envenenado con un claro propósito: sembrar cizaña entre el liderazgo del PRM, una variante de la estrategia del divide y vencerás que siempre tiene  posibilidades de  éxito en los partidos que desde su nacimiento  llevan en su ADN los genes divisionistas del PRD. Pero independientemente de las   intenciones del presidente del Senado, y de su expresa predilección por el expresidente Hipólito Mejía como interlocutor  debido a su “sensatez y comedimiento”, lo cierto es que no es el único  al que le ha llamado la atención  el comportamiento del Guapo de Gurabo, y no solo por la moderación  mostrada en estos agitados días en los   que la oposición, encabezada por el PRM, intentó  impedir que el PLD y el gobierno  impusieran  una JCE a la medida de su vocación de perpetuidad sino desde mucho antes. ¿Dejó Hipólito de ser Hipólito, genio y figura hasta la sepultura?  Muchos son los que lo dudan, lo que explica las ríspidas reacciones a sus propuestas para combatir la corrupción, que expuso en la Octava Conferencia Regional de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación que se celebró en el país, pero eso no quiere decir que sea imposible.  Quien les escribe no tiene  interés en meter cizaña,  ni candidatos favoritos, y si lo puntualizo aquí es porque debo advertir que subestimar al expresidente Mejía es mala estrategia, mucho mas si este da señales de que está en disposición de reinventarse eliminando de su perfil político los rasgos  que provocan mas rechazo en el electorado. Y recordar, además,  que la experiencia nos ha enseñado que en este país los “muertos políticos” son como Lázaro: en cualquier momento se levantan de sus tumbas  y ganan las  elecciones.

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