Las promesas de campaña de los candidatos presidenciales de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Dominicano (PRD) podrían ser viables siempre y cuando el que gane las próximas elecciones tenga la voluntad política de romper con el actual esquema de exclusión social y económica, y de que los que financian sus campañas acepten no evadir los impuestos.
Al evaluar las exposiciones que hicieron Danilo Medina, candidato del PLD, e Hipólito Mejía, del PRD, en el almuerzo de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), el analista económico Nelson Suárez observa que los enfoques de ambos en su estructura formal no tienen diferencias sustanciales.
Cree que pese al entorno de crisis internacional e interna no sería difícil para un próximo Gobierno presidido por Medina o por Mejía poner en práctica sus propuestas. No obstante, advierte que ambos tendrían que responder algunas interrogantes respecto a si estarían dispuestos a renunciar a algunas prácticas que se ejecutan en la actualidad. Ambos prometen transparentar el gasto corriente en el sector público.
La pregunta es ¿hasta dónde el estilo y la forma de hacer política en el país permite aplicar esos controles cuando se sube al Gobierno? Otra pregunta es si la clase política tradicional del país está dispuesta a que se produzca una reforma institucional y que se destinen mayores recursos para favorecer el gasto social y si es consistente el discurso de favorecer los sectores sociales con el tema tributario, porque para poder hacer cosas y cumplir con la responsabilidad del Estado tiene que haber recursos económicos.
Entre las novedades que observa Suárez en el discurso de Mejía está el de fijar topes al gasto corriente. En ese sentido consideró que habría que ver en la práctica diaria de un Gobierno de él si cumpliría porque normalmente los compromisos de los gobiernos son con quienes financian la campaña y quienes salen a la calle a buscar los votos.
Respecto al planteamiento de Medina sobre la política tributaria, de que eliminaría impuestos transitorios, Suárez expresa que eso habría que verlo y observa contradicciones. Se ofrece ampliar el gasto social entre ellos el 4% para educación y se plantea disminución de impuestos. Habría que ver cómo compensaría esos recursos.
El analista económico expresa que un Gobierno podría hacer efectivas sus promesas si reenfoca las prioridades y convierte el presupuesto del país en un instrumento de desarrollo, de cohesión social, de lucha contra la pobreza.
El problema es que cuando se montan ahí, hay gente que quiere llegar para hacerse rica y bajo ese esquema político ninguno de los dos hará nada.
Coincidencias de enfoques. Suárez dice que Medina y Mejía coinciden en que el crecimiento económico debe ser redistribuido para reducir los niveles de pobreza. Ambos plantean el cambio de modelo de desarrollo y resumen un pacto social y económico en cinco puntos: transparencia y ética en la gestión pública, lucha contra la pobreza y la exclusión, hacer llegar educación y salud y condiciones dignas a la población, garantizar la seguridad ciudadana y crear un nuevo modelo económico competitivo, incluyente y sostenible.
También coinciden en el problema relativo a promover las exportaciones y en torno a las políticas fiscal y monetaria.
La clave
Diez Preguntas de AIRD
Los discursos de Hipólito y Danilo estuvieron basados en las respuestas de 10 preguntas que les formuló previamente la AIRD. Al término de las exposiciones, la comidilla era sobre quién lució mejor en la presentación de sus propuestas, tanto en la forma como en el fondo. Incluso hubo firmas encuestadoras que hicieron sondeos de opinión al respecto.