Mucho hemos escuchado sobre la tendencia hipster últimamente, se ha ganado espacios en la moda y la actualidad y claro está también en la decoración. Este estilo es alternativo e independiente, algo bohemio que rechaza los parámetros comerciales populares.

Por estas características es un estilo rico en personalidad y carácter, muy ligado a lo vintage y a la onda reciclaje pero más elegante que romántico. Para obtener ese look hipster vamos a mezclar lo nuevo y lo viejo. En una sala puede combinarse un sofá moderno de color con mesas auxiliares en madera rústica que pudieron iniciar su existencia como bares o estantes.

Siempre con la palabra equilibrio bien pendiente, no queremos convertir nuestros espacios en tiendas de antigüedades.En un comedor puedes adaptar este estilo con

una mesa en madera o metal y sillas en acrílico. Los colores oscuros y vivos y los estampados están presentes en tapicerías de sofás y butacas y en cojines y cortinas. Las telas no son muy vaporosas, más bien fuertes y pesadas.

Se tiende a pensar que debe reinar una atmósfera algo oscura, pero ojo, siempre hay que iluminar correctamente. En este caso podemos irnos por luces cálidas y las lámparas con aire industrial que también son partícipes del estilo hipster.

El desenfado y la ironía están presentes en sus cuadros y adornos, vemos las paredes con frases o dibujos de superhéroes en aspectos no convencionales. No es un estilo muy pulido por lo que vienen bien las cámaras antiguas, las botellas de licor y los discos de vinil en los complementos decorativos.

Las expresiones de motivación y los animales como búhos y venados son muy protagonistas de esta decoración. Las vitrinas de la abuela, y esas piezas retro que siempre han sido sinónimo de buen gusto también están ahí.

Elegante y alternativo, así es el estilo hipster, puedes intentarlo en la sala o el estudio, seguro que serán espacios que dan de qué hablar.