Hispanos logran su primer triunfo EU

Hispanos logran su primer triunfo EU

WASHINGTON,  (AFP) – La reforma migratoria amplia aprobada por el Comité Judicial del Senado estadounidense representa una primera victoria para cientos de miles de hispanos que se lanzaron a las calles para protestar contra la propuesta de la Cámara baja, que penaliza a extranjeros indocumentados.

El proyecto de ley adoptado en la noche del lunes por el Comité endurece los controles fronterizos pero no financia la construcción de un muro en la frontera con México, legaliza a millones de indocumentados y otorga visas de trabajo para extranjeros, al tiempo que les abre una ruta para obtener la ciudadanía.

Los hispanos, primera minoría del país con más de 40 millones de personas, se adjudicaron así su primer victoria, pero la batalla es larga y el futuro incierto, estiman analistas.

“Esta es una victoria para una reforma migratoria y de seguridad fronteriza sensata, pero aún resta mucho por hacer”, indicó Angela Kelley, subdirectora del Foro Nacional de Inmigración, en un comunicado titulado “Un gran día para los inmigrantes, un día aún mejor para Estados Unidos”.

“El pleno del Senado debe actuar y luego, con la ayuda del Presidente, esperamos que mentes más sabias prevalezcan eventualmente en la Cámara baja y que podamos tener legislación sensata promulgada en ley”, añadió.

La legislación puede ser modificada en el pleno del Senado y luego al intentar conciliar el texto con el aprobado por la Cámara de Representantes.

“Patearon al gigante y éste se despertó”, dijo a la AFP Gabriela Lemus, directora de política de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), haciendo referencia a la metáfora del “gigante dormido” con el cual se comparaba hasta ahora a los hispanos en Estados Unidos.

Cientos de miles de inmigrantes, en su enorme mayoría hispanos, se lanzaron en los últimos días a las calles de Los Angeles, Detroit, Phoenix y Washington, entre otras ciudades, para protestar contra la reforma adoptada por la Cámara baja, que consideran racista y draconiana.

El líder de la mayoría republicana del Senado, Bill Frist, que pensaba iniciar el debate sobre la reforma migratoria en el pleno este martes, es reacio a someter a consideración el proyecto de ley porque sólo una minoría de los republicanos del Comité (cuatro) lo apoyaron, dijo a periodistas uno de sus ayudantes.

Frist ha amenazado con ignorar el proyecto aprobado por el Comité por 12 contra 6 votos, que se basa en una propuesta sometida por los senadores Edward Kennedy (demócrata) y John McCain (republicano), y con someter a consideración del pleno del Senado su propio proyecto, similar al de la Cámara de Representantes, que se limita a endurecer los controles fronterizos.

“Es posible que Frist pueda derrocar este proyecto; sería muy triste si lo hace (…) Sería un secuestro político”, estimó Lemus.

“Estamos preocupados por sus amenazas de pasar enteramente por alto al Comité y de presentar su propio proyecto de ley de seguridad en la frontera”, escribieron el lunes a Frist las mayores cuatro organizaciones de defensa de los hispanos del país, entre ellas el Consejo Nacional de la Raza (NCLR) y LULAC.

Tanto Frist como McCain son precandidatos presidenciales del Partido Republicano para los comicios de 2008. La brecha entre republicanos en el Comité refleja las divisiones dentro del Partido.

De un lado están los conservadores que luchan por frenar la inmigración ilegal y penalizar a los indocumentados y quienes los ayuden o empleen, y del otros los que defienden los intereses empresariales que necesitan mano de obra barata, y que cuentan entre sus filas al presidente George W. Bush, defensor de un programa de trabajadores temporarios.

A este último grupo se suman también los demócratas y la Iglesia católica.

Si el Senado aprueba finalmente un proyecto de ley, legisladores de ambas Cámaras deberán reunirse en conferencia para conciliar el texto con el aprobado en la Cámara baja, una difícil instancia en la cual la reforma migratoria puede morir antes de llegar al escritorio de Bush para su promulgación.

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