Hispanos narran sus experiencias
en el combate en la guerra de Irak

<P>Hispanos narran sus experiencias <BR>en el combate en la guerra de Irak</P>

WASHINGTON.AFP. Los hispanos demostraron en los cinco años de guerra en Irak su voluntad de luchar por Estados Unidos, pagando incluso el precio de más de 400 muertos, aunque no todos regresaron convencidos por la invasión del país árabe, como demuestran los testimonios recogidos por la AFP.

 «Como inmigrante reciente y nuevo ciudadano de Estados Unidos, para mí fue una forma de contribuir al país», recordó en español Felix Herrera, un sargento de 36 años, radicado en la región de Washington, que llegó a Estados Unidos cuando era adolescente con sus padres desde El Salvador.  A los 29 años, se alistó voluntariamente en las filas del Ejército norteamericano, justo antes de lograr la ciudadanía y sobre todo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que iban a cambiar su vida y su carrera militar.

En cuestión de meses, se fue a Afganistán, donde permaneció hasta el 2003.  Poco después de que el presidente George W. Bush lanzara sus tropas contra Bagdad el 19 de marzo de 2003, Herrera llegó a Irak, donde cerca del 12% de las tropas estadounidenses provienen de la minoría más importante del país, que cuenta con 45 millones de personas.

De regreso a Washington, donde se reintegró a la vida civil y recuperó su profesión de maestro, a la espera de quizás otro llamado para volver a Irak, el militar se declara satisfecho de su «contribución en el área de resolución de conflicto y por haber ayudado a la gente a resolver sus problemas».

Selena Coppa, por su parte, prefiere hablar en inglés. Su familia  huyó de Nicaragua después de la revolución sandinista en 1979. Ella nació y creció en Nueva York. A los 17 años, decidió entrar voluntariamente en el Ejército, para «devolverle al país lo que nos ha dado».  «Lamentablemente, no creo que esta guerra sea útil para mi país», explicó. «Quiero mucho a Estados Unidos. Haría cualquier cosa por Estados Unidos, pero esta guerra está haciendo daño a EU», deploró.

Matan soldado de EEUU

BAGDAD. AFP.- Un militar estadounidense murió como consecuencia de las heridas causadas  en un ataque con arma ligera en  Bagdad, anunció el ejército norteamericano.  «Hacia las 14H30, un terrorista disparó al soldado que fue evacuado a un hospital de las fuerzas de la coalición, donde falleció por sus heridas», señaló un comunicado . Con él, se eleva a 3.988 el número de soldados estadounidenses muertos desde el inicio de la guerra en Irak, en marzo del 2003, según un balance establecido por la AFP a partir de las cifras de la página web independiente www.icasualties.org.

Conferencia.-  Irak organizará los días 18 y 19 de marzo una conferencia de reconciliación entre los principales grupos políticos para tratar de poner fin a las divisiones religiosas, anunció el sábado el portavoz del gobierno, Ali Al Dabbagh.  «La segunda conferencia de reconciliación nacional entre los grupos políticos del país tendrá lugar en Bagdad los días 18 y 19 de marzo», señaló Dabbagh.

Los hispanos demostraron en los cinco años de guerra en Irak su voluntad de luchar por Estados Unidos, pagando incluso el precio de más de 400 muertos, aunque no todos regresaron convencidos por la invasión del país árabe, como demuestran los testimonios recogidos por la AFP.

 «Como inmigrante reciente y nuevo ciudadano de Estados Unidos, para mí fue una forma de contribuir al país», recordó en español Felix Herrera, un sargento de 36 años, radicado en la región de Washington, que llegó a Estados Unidos cuando era adolescente con sus padres desde El Salvador.  A los 29 años, se alistó voluntariamente en las filas del Ejército norteamericano, justo antes de lograr la ciudadanía y sobre todo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que iban a cambiar su vida y su carrera militar. En cuestión de meses, se fue a Afganistán, donde permaneció hasta el 2003.  Poco después de que el presidente George W. Bush lanzara sus tropas contra Bagdad el 19 de marzo de 2003, Herrera llegó a Irak, donde cerca del 12% de las tropas estadounidenses provienen de la minoría más importante del país, que cuenta con 45 millones de personas.

 De regreso a Washington, donde se reintegró a la vida civil y recuperó su profesión de maestro, a la espera de quizás otro llamado para volver a Irak, el militar se declara satisfecho de su «contribución en el área de resolución de conflicto y por haber ayudado a la gente a resolver sus problemas».

 Selena Coppa, por su parte, prefiere hablar en inglés. Su familia  huyó de Nicaragua después de la revolución sandinista en 1979. Ella nació y creció en Nueva York. A los 17 años, decidió entrar voluntariamente en el Ejército, para «devolverle al país lo que nos ha dado».  «Lamentablemente, no creo que esta guerra sea útil para mi país», explicó. «Quiero mucho a Estados Unidos. Haría cualquier cosa por Estados Unidos, pero esta guerra está haciendo daño a EU», deploró.

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