Para que  Tim Weiner escribiera su excelente obra “Legado de Cenizas, La historia de la CIA” fue preciso esperar que montones de documentos fueran desclasificados por el gobierno de su país.

Cuando en cualquier historia de la infamia, desde la antigüedad hasta el holocausto, vemos toda suerte de acciones perversas, cobardes y malignas, pensamos que son cosa del pasado.

Con el tiempo las formas de servirse de los demás se han convertido en un ejercicio de fuerza, inteligencia, imposición, marrulla, falsía. Las metrópolis mantienen su nivel de vida explotando a los demás.

Papá siempre citaba a  Haití como ejemplo de que la política de la metrópolis no era la misma para el territorio nacional que para el territorio ocupado y explotado, para la colonia.

“Mientras en Francia se avanzaba hasta reconocer que la sociedad decía regirse por la Libertad, Fraternidad e Igualdad, en Haití la colonia mantenía como esclavos a miles y miles de personas que trabajaban para el bienestar de unos cuantos y para beneficio de la metrópolis”.

Pocas veces se presenta la historia como un ente vivo que permite a investigadores y curiosos, a gente del común y a científicos, desnudar la radiografía de la actualidad que permite examinar conductas, ver planes, descubrir propósitos, en una palabra, participar de los acontecimientos que mañana serán historia pero que ahora permiten desentrañar el hoy. Cuando se lee que soldados norteamericanos trajeron a República Dominicana en 1916 el torniquete, que apretaban en las sienes de los patriotas a quienes tildaban de gavilleros y también trajeron el suplicio de la gota de agua que cae constantemente sobre la cabeza del torturado se piensa y hasta se dice que tales acciones forman parte del pasado. Cuando se examinan los documentos revelados por Wikileaks ahora donde se ve cómo se repite la historia de la diplomacia del imperio norteamericano (que todos los imperios actúan de manera similar) se ve claramente que los métodos son los mismos y que la diferencia está en que esos documentos son escondidos, clasificados. Este fin de año tenemos un regalo importante: la historia  que se escribirá del año 2030 en adelante, con la publicación de documentos oficiales de Estados Unidos donde se repiten las bajezas que comete su gobierno desde siempre. Basta con examinar documentos de décadas anteriores para que se vea que siempre actúan igual. No hubo que esperar 20 ó 30 años para enterarse de lo que opinan hoy de gobiernos y personalidades en una actitud que permite decir: con amigos como Estados Unidos, no se necesitan enemigos.