Historia ayuda explicar nueva audacia Bolivia

Historia ayuda explicar nueva audacia Bolivia

MOSCU .- El presidente Vladimir V. Putin recordó el pasado soviético el miércoles cuando defendió el papel de la maternidad para evitar que Rusia se convierta en un estado escaso de ciudadanos.

La polación de Rusia está disminuyendo, y los demógrafos advierten que está a una generación de caer verticalmente. Si se cumplen los modelos más pesimistas, la declinación pudiera hacer del país un vasto estado subpoblado dentro de cuatro o cinco décadas, un país con demasiado pocas personas saludables para tener una fuerza laboral competitiva o un ejército capaz.

La vida rusa, para los campesinos y el proletariado por igual, siempre ha sido implacable. Y en un discurso que recordó las promesas soviéticas de ayuda estatal a las masas de modo que las masas pudieran ayudar al estado, Putin eligió la conocida solución soviética de alentar la reproducción resuelta, diciendo a su obediente Parlamento que promulgue programas de incentivos financieros para que las mujeres tengan más hijos.

Los medios noticiosos amistosos con el Kremlin aquí, un lugar que a menudo parece el país de la familia con un sólo hijo, externaron su aprobación. El presidente había hablado: Aquí está el dinero, había dicho en esencia; madres rusas, cumplan su papel.

Debajo del entusiasmo había un interrogante que Putin no abordó: ¿Funcionarán los incentivos monetarios? Los datos dirían: No bastante.

Hay pocas dudas de que para que Rusia sea una potencia durante el siglo XXI sus tendencias demográficas deben revertirse. También parece no haber duda de que las madres rusas, a falta de hazañas de fertilidad no vistas en el mundo industrializado, no pueden salvar solas a Rusia.

“Se tiene que hacer esto en varias formas”, dijo el doctor Murray Feshbach, demógrafo que estudia a la población rusa y su salud.

Los problemas pueden encontrarse en las cifras. Rusia tiene aproximadamente 143 millones de habitantes, y la población desciende en un promedio de 700,000 personas cada año, en gran medida debido a la amplia brecha entre el número de quienes nacen y el número de quienes mueren. Más bebés ayudarán. Pero conforme la población se reduce, dijo Feshbach, corre el riesgo de un acelerado colapso que la fertilidad misma no puede revertir.

Esto es en parte porque la baja tasa de natalidad empezó hace más de dos décadas, y el número de mujeres entre 20 y 29 años de edad, el segmento más fecundo de la población, ya ha descendido a 12 millones, dijo. En los próximos años, las mujeres de esa edad descenderán a ocho millones o menos, un contingente pequeño para engendrar a la próxima generación.

Y como han señalado analistas en el Banco Mundial y Naciones Unidas, la amenaza para la población no son sólo las bajas tasas de natalidad sino las altas tasas de mortalidad.

El pueblo ruso es profundamente poco saludable, tanto que no hay un grupo demográfico en el mundo industrial tan enfermo y tan propenso a las lesiones fatales que los varones rusos, cuya edad promedio al morir es de alrededor de 59 años. Abismales tendencias de mortalidad separan a Rusia de otras naciones industrializadas que ofrecen incentivos para estimular el crecimiento de la población, entre ellas Japón y Australia.

Además, infecciones perniciosas han entrado en la población desde los tiempos soviéticos, haciendo al país un depósito creciente de personas recientemente infectadas de tuberculosis, VIH y hepatitis C.

Muchas de estas infecciones no se han convertido en altas tasas de enfermedad, pero autoridades de salud pública dicen que conforme los periodos de incubación sigan su curso en los próximos años, sus efectos sobre la salud nacional serán evidentes.

La tuberculosis ya está en niveles epidémicos, y un esperado aumento en los casos de sida y complicaciones de hepatitis pudiera matar, según los modelos más pesimistas, a más de medio millón de personas al año en una generación o dos.

Rusia se da cuenta de sus problemas

Hay signos de que Rusia está dándose cuenta de los problemas. El mes pasado, el Kremlin impulsó un aumento de 20 veces en su financiamiento para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sida; un signo de la comprensión de la gravedad del problema, dijo Dmitry Rechnov, subdirector de la Fundación Este-Oeste sobre el Sida, una organización privada aquí.

“Si seguimos por este camino, puede haber varios acontecimientos positivos”, dijo. Sin embargo, la atención del Kremlin en la salud pública ha sido irregular, y esperados incrementos en la mortalidad relacionada con enfermedades infecciosas haría aumentar una tasa de muertes ya elevada por encima de las normas en las naciones industrializadas por las altas tasas de enfermedades cardíacas, cáncer, alcoholismo, accidentes, violencia y sucidio.

Las consecuencias potenciales son claras. En un informe divulgado el año pasado, el Banco Mundial advirtió que si Rusia no adopta programas de salud pública amplios, corre el riesgo de una fuerza laboral en disminución, familias desestabilizadas, tensiones en la seguridad nacional y una reducción del producto interno bruto.

Y no todos están de acuerdo en que los incentivos monetarios, que no son parte de un programa de salud amplio, lograrán lo que el Kremlin espera: más niños saludables y productivos.

Si las propuestas de Putin son aprobadas, como casi seguramente lo serán, entonces las madres del año próximo recibirán bonos con valor de unos 9,000 dólares al dar a luz, así como una escala gradual de asignaciones mensuales en efectivo para los menores y subsidios para el servicio de guardería.

Muchas mujeres dijeron en entrevistas que recibían con beneplácito los planes. Con bajos salarios, departamentos diminutos atestados y los crecientes costos de la vida, al menos vieron a un presidente que les ofreció ayuda, aunque pequeña. Que empiece el auge de bebés, dijo una.

“Muchas mujeres empezarán a tener hijos”, dijo Katya Druzhchenko, una estudiante de 19 años que espera tener tres. “En este momento si uno piensa en la situación económica de las mujeres jóvenes, es totalmente imposible”.

Pero el doctor Iván Safranchuk, padre de clase media de dos hijos y director de la oficina moscovita del Instituto Mundial de Seguridad, un grupo de análisis internacional, dijo que los incentivos de dinero para fomentar la maternidad no funcionarían.

Los padres rusos, dijo, optan por menos hijos no debido a preocupaciones financieras sino porque la infraestructura — parques, escuelas, hospitales, centros de entretenimiento, transporte — está limitada. Señaló a las crecientes tasas de propiedad de autos para apoyar su argumento.

“El mensaje del presidente, de que la gente no puede permitirse tener hijos, no es cierto”, dijo. “Mire a la tasa de autos nuevos en el país, especialmente de autos importados. Todas estas personas pueden permitirse tener hijos, pero no lo hacen”.

Esto es porque las actitudes se han vuelto negativas hacia la crianza de hijos, dijo. “Cuando uno va a un restaurante o un escenario social, toda la infraestructura social es poco amigable con tus hijos”.

Safranchuk sugirió que Rusia no debe ofrecer incentivos monetarios, sino exenciones fiscales. No hay deducciones por hijo en los impuestos sobre los ingresos personales, excepto una pequeña para los costos de educación.

En vez de crear una nueva generación bien criada, dijo, los subsidios pudieran alentar a las mujeres más pobres y menos educadas a tener hijos, y tendrían poca influencia en las decisiones familiares en la clase media. Putin, dijo, “ha creado un sistema que convierte el petróleo y el gas en dinero; ahora está creando un sistema que convierte el dinero en nada, o que convierte el dinero en problemas”.

Putin no llegó tan lejos como líderes del Kremlin anteriores, como Stalin, que alentaron a las mujeres a repoblar una nación adelgazada por la represión y la guerra ofreciendo Medallas a la Gloria Materna a las madres que tuvieran siete, ocho o nueve hijos. Las medallas llevaban las palabras Madre-Heroína.

Incluso si Putin lo hiciera, sugieren los números, sin cambios en las actitudes y extensas mejoras, el tráfico en las salas de maternidad seguirá siendo más lento que el apresuramiento de los rusos hacia la tumba.

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