Historia de la deuda soberana y sus consecuencias

Historia de la deuda soberana y sus consecuencias

La historiografía recoge que con la Convención Dominico-Americana del 3 de mayo de 1907, los Estados Unidos oficializan la intervención en los asuntos internos del país, disponen de los ingresos de aduanas, agrego yo, para cobrar deudas odiosas originadas por préstamos tomados para cubrir déficit en el presupuesto, como sucedió en 1851, 1858 y 1867, por un monto global de $800,000 dólares, en 1869 con el de la Harmont por $520,000 libras esterlinas, que no llegó a desembolsarse en su totalidad, pero que el gobierno dominicano tuvo que pagar como si lo hubiese recibido. Fueron los orígenes.

El consenso entre historiadores especialistas es que la intervención financiera norteamericana de 1907, que desemboca en la militar de 1916, se debió a la irresponsabilidad de gobernantes que endeudaron el país para financiar gastos corrientes. En 26 años la deuda aumento en US$31.7 millones, un promedio anual de US$1.2 millones, pasando de US$2.4 millones en 1873 a US$ 34.1 millones en 1899, cada dominicano debía US$60. Aunque por renegociaciones se reduce a US$17 millones en 1905, desde 1873 la velocidad de aumento de la deuda supera la del PIB, mientras la primera se multiplica siete veces la economía lo hace 2.3 veces de 1884 a 1889.

Era evidente la insostenibilidad de las finanzas públicas cuando se oficializa la intervención en 1907, con relación al PIB la deuda pública representaba 300% en 1905 y 330% en 1910, aumentó porque los Estados Unidos facilitaron un préstamo de US$20 millones para saldar deudas pendientes y cubrir gastos corrientes, convirtiéndose en el único acreedor de República Dominicana. La insostenibilidad no se debía a la falta de ingresos tributarios como afirman algunos historiadores, resultaban más que proporcional dada la estructura productiva del país, se comprueba calculando la presión tributaria, relación entre ingreso tributario y el PIB. En 1905 de 48% y 78% en 1910, quiere decir que de haber existido gobiernos responsables, los ingresos hubiesen sido suficientes para pagar el servicio de la deuda y ejecutar un presupuesto de inversión pública.

Como la economía no soportaba un aumento de la presión tributaria, existían dos posibilidades para resolver la crisis de la deuda. Renegociaciones, que implicaran condonaciones de parte de las potencias, después de todo eran deudas de gobiernos dictatoriales y resultaba inmoral que los dominicanos tuvieran que pagarla, o aceptar, como sucedió, el control de las finanzas por parte de los Estados Unidos.

Después de cien años los parámetros de la deuda soberana son diferentes  pero con consecuencias parecidas. En lugar de US$30 ahora cada dominicano debe US$2,400, con relación al PIB la deuda pública no representa 300% sino 45% y la presión tributaria no es 48% sino 18%. De manera directa en 1907 los Estados Unidos controlan las finanzas, ahora lo hacen indirectamente, a través del FMI que autoriza los préstamos, faltaría que se pague a Venezuela para que se quede como el acreedor más importante. La historia es para estudiarla y tomarla en cuenta, es precisamente lo que no hacen los políticos en el poder.

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