Historia de Rotary Club Dominicano

Historia de Rotary Club Dominicano

El viernes 28 de febrero, en una buena práctica social de Rotary, “rotamos en el vecindario” y esa tarde nos encontramos en casa del ingeniero Rudyard Montás con la doctora Jacqueline Medina, el ingeniero Carlos Liriano, la licenciada Francis Martínez, presidenta del Club Rotario Santo Domingo Mirador, y con Margarita de Montás.

Como integrantes de la matrícula del club ellos tienen distintos proyectos encauzados en lo que se llama “acompañamiento comunitario”, práctica que desarrollan en la comunidad de Monte Plata llamada Los Botados de Yamasá.

Carlos Liriano, que ha seguido varios cursos y posgrados para estudiar el seguimiento de proyectos y la dinámica humana para que esos proyectos lleguen a bien, contó que en el año 1950 el pueblo de Los Botados de Yamasá estaba conformado por diversas familias campesinas de escasos recursos económicos que dieron inicio y crearon la comunidad, era considerado un “paraje” hasta que la comunidad se desarrolló, creció, se superó; en el año 1967, fue elevado a la categoría de “sección” para llegar a ser, en 1998, debido a su gran desarrollo y con la aprobación de la Ley 170-98, el “distrito municipal” Los Botados.

A ese paraje llegaron los rotarios del Club Rotario Santo Domingo Mirador.

Rotary prioriza seis ejes esenciales para su trabajo voluntario con la comunidad. Esos ejes son: paz y comprensión; salud materno-infantil; plan curativo de la comunidad; educación básica, economía local y saneamiento de aguas potables.

En esas líneas de acción comunitaria el grupo de matriculados del Club Rotario Santo Domingo Mirador se propuso integrarse a la comunidad de Los Botados de Yamasá, se planteó como desafío lograr que los efectos fueran duraderos, cómo hallar y dar sustento a los líderes naturales de la comunidad en un trabajo interdisciplinario continuo.

Es decir, no hacer prácticas paternalistas, ni de caridad, sino un auténtico trasvasamiento de habilidades, profesiones, historias personales, dones y experiencias familiares.

Carlos Liriano, ingeniero químico, una psicóloga clínica italiana llamada Michella Alloca que daba asistencia en las escuelas de la comunidad, el economista Alejandro Molina, una licenciada química, esposa de uno de ellos, es el grupo que sirve de vector a una de las prácticas de Rotary en la provincia de Monte Plata.

Impulsar el desarrollo cívico de la comunidad, respetar las tradiciones del grupo, cambiar la dinámica de las personas, superar la ancestral diferencia entre los sexos y llevarlos, en la práctica interdisciplinaria, a desarrollar las opciones para ellos necesarias.

Las prácticas sociales de Rotary se abrieron como un abanico de posibilidades, entre un taller de alfarería, un taller de pintura, la instalación de filtros de agua potable, talleres de teatro, de danza, hasta culminar en el mes de la patria con un 27 de febrero en el que la escuela de la comunidad celebró la fecha patria con una feria llamada “Dulce Cola”, dedicada a preparar los dulces típicos y más sabrosos de la repostería dominicana.

Las mujeres dijeron que podían hacer dulce y ahí marcharon los rotarios buscando el azúcar, las pailas y el lugar, para que de una práctica casual saliera hasta un emprendimiento de trabajo.

La presidenta del club, Francis Martínez, ha sido la encargada de llevar a cabo la ejecución del proyecto de instalación y puesta en marcha de dos filtros donados al Instituto de Rehabilitación y al instituto de enseñanza de Manoguayabo, además del equipo donado al Instituto Oncológico.

Una de las metas trazadas por la organización de Rotary es llevar agua potable a las comunidades, en esa práctica, narró: “Hemos realizado varios proyectos relacionados con esta área, en una oportunidad entregamos a comunidades unos filtros de bio-arena, liderado ese proyecto por el compañero Carlos Liriano”.

“En esta ocasión hemos donado dos equipos purificadores de agua patrocinados por el Rotary Club Of Cape Coral Gold Coast del distrito 6960 localizado en la Florida EE.UU.

“Estos equipos purificadores de agua son fabricados por la empresa Water One World Solucions, es modelo WS-12M, y tienen la capacidad de suministrar agua limpia, potable y segura constantemente hasta 2,520 galones por día, que es igual a 500 botellones. Según su fabricante, supera las normas de pureza de EE.UU., y la OMS.

El equipo trabaja con energía solar, es ligero, fácil de mover y operar.

“El primero de estos equipos fue entregado a la Asociación Dominicana de Rehabilitación en su sede principal, ahorrándole la compra de hasta 500 botellones de agua diario, que se traduce en una economía al centro asistencial, y con ese ahorro puede ampliar su asistencia médica.

“El segundo fue entregado al Centro Sopeña de Buenos Aires de Herrera, es un centro que lleva laborando 27 años realizando obras de carácter social y cultural, trabaja básicamente con la formación integral de los jóvenes del sector, está dirigido por el padre Esquivel junto con las hermanas de la fraternidad, con esta donación de este equipo purificador de agua se beneficiarán instituciones vecinas al centro, como son el colegio de La Hora de Dios, la Guardería Infantil Padre José Esquivel, el Centro Materno Infantil de la Orden de Malta, además de los mismos alumnos del centro.

“Una de las donaciones realizadas de gran importancia y trascendencia para el control de la salud oncológica de las mujeres fue, en alianza estratégica con la Fundación BayCares, de Bayer, quien aportó los fondos necesarios, la entrega al Hospital Oncológico Dr. Heriberto Pieter de un moderno equipo llamado Asa Diatérmica, que se utiliza en el diagnóstico y tratamiento del cuello de la matriz o cérvix.

“En este procedimiento se maneja un asa conectado a un generador de corriente eléctrica de alta frecuencia, lo cual permite eliminar con gran precisión el área afectada en el cérvix. Este equipo viene a sustituir un equipo obsoleto de los años 90, lo que provocaba una lista larga de espera en las pacientes para las citas y tratamiento.

“Ahora los resultados se tienen en cuestión de minutos. Tenemos pendiente con este mismo centro la entrega de dos equipos más que ya llegaron al país, procedentes desde Panamá, un tonómetro de aplanación y un oftalmoscopio”.

La tarde de conversaciones y entrevistas terminó tarde, entre risas, ricos bocadillos, relatos divertidos de Carlos Liriano y sus aventuras con un profesor de pintura en la comunidad de Los Botados.

Y a mí se me disparó “la loca de la casa”, la imaginación, y se me apareció el fantasma de Teresa de La Parra que decía que ella convocaba a sus muertos para poder escribir y me pareció que como escriba de esa historia del Rotary que “debe ser contada una y otra vez” era muy poético evocar a la bella escritora venezolana y copiar un pedacito de poema del gran poeta mejicano José Emilio Pacheco que dice así:

“No desconfíes de los muertos que prosiguen viviendo en nuestra sangre. / No somos mejores ni distintos. Tan solo nombres y escenarios que cambian. / Y cada vez que inicias un poema, convocas a los muertos. / Ellos te miran escribir. Te ayudan”.

Y yo sentí, que en esa tarde caribeña, todos “los muertos queridos”, a nosotros los vivos, nos ayudaban a escribir la historia siempre renovada de Rotary en República Dominicana.

 

 

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