La Academia Dominicana de la Historia acaba de conectar otro cuadrangular por lo más lejano del campo central con la oportuna y acertada publicación del VI Tomo de la serie “Historia General del Pueblo Dominicano”. Muy atinada la escogencia del prestigioso y laureado historiador Roberto Cassá para coordinar al grupo de brillantes y sobresalientes intelectuales investigadores que se repartieron la noble y fructífera labor de tallar la materia prima histórica, social, económica, cultura y política que al decir de la presidenta de la Academia, Dra. Mu-Kien Sang Ben: “Es el producto de años de investigación de connotados especialistas dominicanos y extranjeros que trabajaron sobre el período 1961-2000, desde diversas perspectivas: política, económica, demográfica, sociológica y cultural. Representa un enorme reto intelectual y metodológico el estudio de sucesos pasados recientes de la historia contemporánea, los cuales se hallan <<justo detrás de nuestras espaldas>>, como acertadamente lo dijo Arthur Schlesinger, historiador estadounidense que escribió la historia del New Deal en 1957, solo 24 años después de iniciado ese programa”.
Juan Ricardo Hernández Polanco cargó con la enorme tarea de resumir y concatenar los hechos políticos acaecidos desde el ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina el 30 de mayo de 1961 hasta el ascenso al poder del Estado de Joaquín Balaguer el 1ero de junio de 1966.
Piero Gleijeses parece más dominicano que italiano cuando nos narra la guerra de abril del 1965. ¡Cuánta elegancia histórica, social y política!
Wilfredo Lozano Tuvo como responsabilidad relatar los doce años de gobierno balaguerista 1966-1978; capítulo que denominó: “Entre el autoritarismo y la reforma conservadora”. También cubrió los gobiernos perredeístas 1978-1986.
Isidoro Santana trabajó pulcra y elegantemente lo referente al desarrollo económico interno del período post-Trujillo.
Miguel Ceara Hatton detalló con sapiencia inigualable y dominio claro los vaivenes de la economía dominicana 1980-1996.
Leopoldo Artiles Gil narró en forma resumida la dinámica política de los últimos 10 años de gobierno balaguerista, 1986-1996.
Emelio Betances realizó una formidable tarea sociológica analítica de las diferentes organizaciones no policlasistas que se gestaron en el país luego de derrocada la dictadura trujillista, así como en las décadas subsiguientes.
Marcos Villamán desarrolló su interesante tesis: República Dominicana: democracia, inclusión y exclusión social.
Francisco Cáceres Ureña sobrepasó las expectativas con su estudio acerca de la “Dinámica de la Población Dominicana”.
Bruno Rosario Candelier navegó por el mar de los cuarenta años de literatura nacional 1960-2000. Lo hizo al estilo zumbador o colibrí dominicano, saboreando con brevedad, el néctar de cada flor del jardín literario dominicano.
Jeannette Miller recopiló el arte dominicano del siglo XX. Lo hizo de forma amena y secuencial.
Desconozco las razones para que no se tradujera al español el capítulo final escrito por el músico y compositor finlandés Paul Austerlitz, acerca de la música dominicana a partir del siglo XIX. Tal vez quisieron mantener la pureza del trabajo elaborado en inglés.
Aunque el trabajo luce voluminoso (872 páginas) en verdad es de liviana pero sustanciosa lectura. Historia que uno creía conocer, ahora aparece salpicada de datos verosímiles e inéditos que nos enseñan lo limitado del conocimiento individual y lo sabio del enfoque en equipo. Al final ha resultado enriquecido nuestro acervo histórico cultural con este enjundioso volumen de historia contemporánea dominicana.
Las gracias a la ilustre Academia Dominicana de la Historia por tan valioso aporte a la dominicanidad.