Historia y responsabilidad

Historia y responsabilidad

Aquella noche José Francisco Peña Gómez llegó a la sede de nuestro Partido Revolucionario Dominicano en la avenida Bolívar.

Corrí presuroso para alcanzarlo al ver su automóvil bajar por la calle Doctor Báez. Llegamos juntos. Me agarró por la muñeca y me dijo:

Compai ¡apóyeme!

Militares jóvenes y serios, cansados de los abusos contra ellos, dentro de las Fuerzas Armadas y del uso de las instituciones castrenses para fines del continuismo, se acercaron al Partido Revolucionario Dominicano para manifestar su decisión de respaldar la voluntad popular e impedir cualquier vagabundería política que afectara la democracia.

Hipólito Mejía era el responsable de los asuntos militares en el Partido Revolucionario Dominicano; yo trabajaba con él.

El plan estaba montado, sólo faltaba la orden de ejecución.

En 1994 el PRD ganó las elecciones, encabezado por su candidato presidencial José Francisco Peña Gómez.

En el salón posterior del PRD no cabía una persona más; todos demandaban una acción de masas para enfrentar el fraude.

La voz fuerte y llena de Peña Gómez envolvió el recinto con las razones esgrimidas por el más grande líder de masas de la historia nacional. Habló, explicó y convenció. Su argumento fundamental: la otra vez que llamé al pueblo a las calles hubo millares de muertos “un líder responsable tiene que preservar las vidas de la gente del pueblo”.

En 1965 fue Peña Gómez quien llamó al pueblo a las calles, a respaldar el movimiento cívico-militar que produjo la Revolución de Abril.

Los civiles y militares implicados en el rechazo a un nuevo desconocimiento y burla de la voluntad popular, entendimos las razones de Peña Gómez y la historia es conocida.

Juan Bosch hablaba de la teoría, la acción y los ejemplos históricos.

Para 1994 las agresiones del gobierno de Joaquín Balaguer y las transgresiones de todas las reglas de juego de la democracia, fueron muchas, pero logramos vencerlo aunque no triunfáramos.

Las elecciones de este mes hablan muy claro de hacia dónde va la voluntad popular: el pueblo votó mayoritariamente por el  Partido Revolucionario Dominicano.

Fueron el mayúsculo ejercicio del latrocinio, el uso descomunal del dinero público con fines electorales y la repetición del  abuso de la fuerza militar para torcer la intención del voto, algunos de los factores que provocaron los resultados electorales que la Junta Central acotejó desde el principio.

Mucha gente, irreflexiva, emocionalmente afectada por la vagabundería de Leonel, Danilo, Margarita y la parte corrompida del PLD, quería que Hipólito lanzara el pueblo a las calles.

En cada palabra de su discurso del martes, sentí el pensamiento civil, democrático y responsable de José Francisco Peña Gómez.

Además, no estábamos preparados militarmente para impedir por la fuerza la burla a la voluntad popular.

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