Para el historiador Juan Daniel Balcácer, la Revolución de abril de 1965 fue un acontecimiento de extraordinaria significación histórica, pues fue de un auténtico movimiento político y militar que surgió con el firme propósito de restituir el gobierno democrático de Juan Bosch y la Constitución de 1963, por tal motivo es conocido como “Revolución constitucionalista”.
Ese hecho tuvo muchos líderes políticos y militares. Balcácer indica que en el plano civil, la figura predominante fue Juan Bosch, pues como máximo líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización que motorizó el contragolpe militar contra el Triunvirato, le correspondió liderar simbólicamente la insurrección.
Otros líderes civiles fueron José Francisco Peña Gómez, Antonio Guzmán, Jottin Cury, Héctor Aristy, entre otros.
En el ámbito militar descollaron los coroneles Rafael Tomás Fernández Domínguez, Juan María Lora Fernández, Manuel Ramón Montes Arache, Miguel Angel Hernando Ramírez y Francisco Alberto Caamaño Deñó, entre otros.
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“Como se sabe, al coronel Caamaño le correspondió encabezar el gobierno constitucionalista en armas que representó a quienes defendían el retorno de Bosch y de la Constitución del 63”, precisó.
Indicó que el grupo militar de San Isidro, que luego estuvo representado en el Gobierno de Reconstrucción Nacional, presidido por el general Antonio Imbert Barrera, no tuvo aceptación en la población y devino en un Gobierno antipopular.
En el caso del Gobierno presidido por Caamaño sucedía todo lo contrario: la generalidad de la población, especialmente en la capital, respaldaba la idea de retorno de Juan Bosch a la presidencia y restitución de la Constitución de 1963, y para lograr esos objetivos se lanzaron a las calles y empuñaron las armas, primero contra los militares de San Isidro, y, después, contra los soldados norteamericanos.
Papel de Bosch
En cuanto al papel jugado por Bosch durante el conflicto y estando en el exilio, Balcácer afirmó que este trazó las líneas maestras del conflicto. “Y, en cierto modo, fungió de intermediario entre un sector liberal norteamericano y los constitucionalistas. Fue, también, el ideólogo de la Revolución”, indicó.
Ante la interrogante de que si habría sido posible restaurar su gobierno si hubiese venido al país durante el conflicto, Balcácer considera que no, al indicar que una de las razones por las cuales surgió el conflicto armado se debió a que los grupos militares enfrentados, a raíz del derrocamiento del Triunvirato, no arribaron a un acuerdo.
Prosigue Balcácer que el sector militar de Wessin y Wessin, se oponía al retorno de Bosch, mientras que el grupo, al principio encabezado por Hernando Ramírez, exigía su regreso. “En esas circunstancias no era posible que Bosch regresara a Santo Domingo y por eso fue que se decidió buscar varias fórmulas que fuesen aceptadas por las partes”.
A propósito del pretexto de Estados Unidos para intervenir en el conflicto, de que el país se convertiría en otra Cuba y a la pregunta de qué si algún país socialista se involucró de manera directa, Balcácer afirma que no hubo tal participación. Afirmó que Cuba, aunque de manera indirecta brindó respaldo moral a los revolucionarios, no se involucró.