El historiador Roberto Cassá afirmó ayer que la repostulación del presidente Hipólito Mejía es funesta y la calificó como «un sin sentido», porque no hay posibilidad moral de avalarla en un país destruido, con una crisis sin precedente desde el año 1930.
«Esto no tiene sentido, Hipólito Mejía definitivamente debería irse a su casa», dijo Cassá.
Opinó que Mejía tiene derecho constitucional pero que parte del desastre económico que sucede en el país está en función del temor de la gente a una posible reelección.
A su juicio, la gente no suelta los dólares por miedo a que el mandatario se quede en el poder, tras indicar que se debe a un problema política que la tasa de cambio no baje, cuando se están recibiendo centenares de millones de dólares de préstamos extraordinarios.
Cassá fue entrevistado luego de que visitara al síndico del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, en compañía del secretario de la Academia de la Historia, para plantearle un convenio que sobre los proyectos de trabajo cultural en el área histórica de la ciudad.
Sostuvo que desde todo punto de vista la reelección es altamente dañina.
Agregó que los planes reeleccionistas amenazan elementos de la institucionalidad democrática.
Cassá planteó que no tiene ninguna razón el Presidente de la República cuando argumenta que la crisis económica se debe a problemas bancarios y a la administración del pasado gobierno. Manifestó que Mejía está evadiendo responsabilidades porque el manejo de la situación de los bancos si bien es cierto que viene desde antes, las administraciones anteriores, «en realidad explota un nivel crítico bajo la administración de Mejía, por un mal manejo».
[b]TRATO A HAITI[/b]
Cassá dijo que aunque no tiene datos sobre si el gobierno dominicano ha tenido acciones expresas contra Haití, todo indica que sí ha habido acciones en determinados sentidos, que no favorecen las buenas relaciones entre los dos países.
Precisó que el líder rebelde haitiano Louis Jodel Chamblain reconoció que se entrenó en República Dominicana, lo que definió como omisión de parte de la nación dominicana.
Indicó que muchos haitianos ven a los dominicanos como sus enemigos y creen que el país es responsable de su desgracia.
Dijo que aunque no tienen razón, con acontecimientos como estos, se ratifica su manera de pensar.
Declaró que el hecho de que los rebeldes Guy Philippe y Chamblain, de quienes dijo están vinculados a la criminalidad política, partieran de República Dominicana hacia Haití, es un hecho extremadamente negativo para las relaciones de las dos islas, aunque no afirma que el gobierno dominicano participara en esto.
Consideró que la voluntad del pueblo haitiano fue desconocida a través de la intervención imperialista estadounidense que derrocó al presidente Aristide y dijo que esto es un retroceso «terrible» para la democracia.
Manifestó que la forma como han sucedido los acontecimientos en Haití auguran nada especialmente bueno para ese país, ya que fue depuesto un gobierno legítimo y que respondía a la voluntad mayoritaria.