HISTORIA
Elecciones con unas
ausencias singulares

<P><STRONG>HISTORIA<BR></STRONG>Elecciones con unas<BR>ausencias singulares</P>

ÁNGELA PEÑA
Por primera vez en treinta y cuatro años Joaquín Balaguer y Juan Bosch estuvieron ausentes como candidatos presidenciales en las elecciones  1996-2000 que tenían la novedad de una segunda vuelta si los dos aspirantes mayoritarios, Leonel Fernández Reyna y José Francisco Peña Gómez no decidían la primera ronda.

Jacinto Peynado y Maribel Gassó Diez, del Partido Reformista Social Cristiano; Rafael Abinader y Luis Minier Alíes, de la Alianza Social Dominicana, también aspiraban. Rafael Alburquerque, a quien acompañaba Dalia Féliz en el Partido del Pueblo Dominicano, renunció a su candidatura para apoyar al Partido de la Liberación Dominicana del que había salido en 1982. Se reconcilió con Juan Bosch en un abrazo. En 1994  acudió aliado al PRSC. Los candidatos  a la vicepresidencia por el PLD y el PRD eran Jaime David Fernández Mirabal y Fernando Álvarez Bogaert, respectivamente.

Ya las encuestas estaban afianzadas.
En la de Penn & Schoen, Peña Gómez superaba en un porcentaje que fue acercándose al de Leonel Fernández próximo al 16 de mayo. Cuando el candidato del Acuerdo de Santo Domingo enarboló la consigna “Peña o leña”, Fernández lo acusaba de haber adulterado los resultados de varias encuestas con el objetivo de crear confusión en la ciudadanía y decir que le hicieron fraude si no ganaba.

A los pocos días se publicó el sondeo  de “Global Strategy Group” en el que se daba ventaja a Fernández tanto en primera como en segunda vueltas. Las cifras fueron anunciadas  por Alexander S. Jutkowitz, de la encuestadora; Danilo Medina, jefe de campaña del PLD y Adonaida Medina, encargada de prensa.

De inmediato los resultados fueron desconsiderados por Amado Reyes, matemático; Danilo Clime, sociólogo; Isidro Rodríguez, Logicomatemático y Víctor Pérez, estadístico, alegando que el informe no se ajustaba a la lógica del diseño de investigaciones y que la metodología era una burla a los métodos de investigación científica. El sociólogo René Jáquez Gil respondió sus ataques.

El 30 de abril salieron los resultados de la firma norteamericana “Statistical Studies on Political Behavior”, supuestamente pagada por empresarios de zona franca e inversionistas extranjeros, favorables a Peña al igual que los de “Lozano & Asociados”, dados a conocer por el “Telematinal” que producían Ramón Puello Báez e Iván Báez Brugal. Los de la revista “Rumbo”, hechos por la empresa venezolana “Evermenca”, daban 49 a Peña Gómez y 34 a Leonel Fernández. Se alegó que el candidato del PLD había sido perjudicado por su alegada vinculación con un sector del Palacio Nacional. “Evermenca” establecía que Peña ganaría en la segunda vuelta.

Leonel arriba
A principios de mayo, un muestreo pagado por Jacinto Peynado a la encuestadora “Hamilton”, colocaba al candidato del PLD por encima del de el Acuerdo de Santo Domingo: Leonel: 40. 5; Peña 39 y Peynado 19 por ciento, lo que fue calificado de “virtual empate porque punto y medio de diferencia era menos que el margen de error”

Peña Gómez ignoraba estos resultados y afirmaba en una tarima del malecón, al ritmo de un merengue de Johny Ventura, que cuando él fuera Presidente era que en el país se iba a dar cintura de lo lindo. Una encuesta realizada en la UASD, supervisada por “Genove Gneco”, le daba al candidato del PRD 59 por ciento sobre 38 de Leonel Fernández y 1.61 a Peynado. Tony Raful dijo que este sondeo era importante “por cuanto el PLD se pavoneó durante un tiempo de la supuesta simpatía” en la  Autónoma.

La lucha entre Peña Gómez y Leonel Fernández continuó “cerrada”, “cabeza a cabeza” en la encuesta pagada por empresarios a la Penn & Schoen, que dio a conocer Joel Benenson: Peña 41 y Leonel 39 por ciento, y se pensaba que la tendencia en una segunda vuelta sería favorable a Leonel, 54 contra 42 de Peña.

Luis Manuel Bonetti, vocero del grupo que pagó el sondeo, explicó que el objetivo era conocer las preferencias de los electores y una manera de enriquecer el debate político.

Puntos más o menos,  ofrecieron informes como encuestadores, también, Gerardo Díaz Fernández, de “Evermenca” y Lloyd T. Griffin y Luis Díaz, de “L. J. Griffin Foundation”.

Leonel Fernández y José Francisco Peña Gómez debieron seguir a una segunda vuelta para el 30 de Junio de 1996 y se lanzaron “a la búsqueda de votos reformistas en procura de asegurarse la victoria” pues ninguno logró superar el 50 por ciento de votación. En los días restantes, las encuestas volvieron a tomar vigencia. Dieron a conocer resultados “Gallup-Rumbo”, “Global Strategy Group”, Centro Económico del Cibao (CEC), “Performance”, encargada por la revista “Temas”; una chilena que anunció Milagros Ortiz Bosch y otra norteamericana, en las que Peña subía, y la de la “División Latinoamericana del Strategic Research Bureau”

 Leonel Fernández ganó en segunda vuelta y tras denunciar que le haría una oposición firme, diaria y tenaz, Peña Gómez advirtió al Presidente electo que la mitad del pueblo dominicano no votó por él.

La realización de encuestas siguió en el 2004, cuando el PRD y su candidato Hipólito Mejía obtuvieron mayor cantidad de votos que Danilo Medina, candidato del PLD.

En síntesis

De cal y de arena

El afianzamiento de las encuestas  como instrumento para acercarse a la verdad seguía su curso  mientras los liderazgos políticos pasaban a  reaccionar a  la divulgación de resultados a partir de sus particulares intereses. Escépticos unas veces, y complacidos cuando les atribuían las mayores  posibilidades de triunfo.

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