HISTORIA 
La desaparición de documentos de los Archivos Nacionales de Música debe ser investigada

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POR ÁNGELA PEÑA
Que la Academia Dominicana de la Historia realice una profunda investigación para determinar el verdadero destino de la documentación desaparecida de los Archivos Nacionales de Música y que no se siga disputando a José Reyes la autoría de la melodía del Himno Nacional, sobre todo después de las irrefutables comprobaciones del etnomusicólogo Julio César Paulino, son las aspiraciones de los ex funcionarios Manuel Núñez e Ivonne Haza, quienes recibieron en el país la solicitud de un biznieto del español  J. Machado reclamando para su antepasado la gloria indiscutible de José Reyes.

A la reacción de los dos reconocidos intelectuales se sumaron las del barítono Fausto Cepeda, quien recogió dos cajas de documentos echados a la basura procedentes de los Archivos Nacionales de Música, y la de Edwin Espinal Hernández, ex director de la Oficina Nacional de Derecho de autor, para quien José Reyes se erige, hasta ahora, como el real autor de la música de la canción de la Patria.

“Paulino dice que han desaparecido los originales de los Archivos Nacionales lo cual implica algo muy grave que hay que averiguar y tratar de subsanar porque, evidentemente, el Himno, como todas las cosas que atañen a la Nación, es patrimonio del pueblo dominicano que, en cierto modo, atestigua su continuidad histórica como tal. Ante la desaparición de unos archivos como esos, habría que hacer una investigación y creo que lo más indicado es que la Academia de la Historia, que es a quien más le duele, más que al mismo Estado, sea la que exija mediante mecanismos la indagación de qué se hicieron esos originales correspondientes al Himno”, expresó Manuel Núñez.

Opinó que las declaraciones del ex director de los Archivos Nacionales de Música, Julio César Paulino, dejan una sombra de duda sobre la autoría de José Reyes, ya que él afirma no tener la capacidad de demostrarlo documentalmente porque las pruebas las botaron. “Eso, dijo Núñez, me parece una situación insólita, nosotros lo que queremos es un sí, que es de José Reyes, y no dejar dudas sobre un caso tan importante. Por eso la Academia debería ocuparse de hacer una indagación exhaustiva de qué ocurrió con esa documentación en la cual se daba la comprobación de que el Himno es de José Reyes porque si las declaraciones de Paulino llegaran a manos de los parientes de ese señor, comprobarían que la noción del himno, en el caso dominicano, es un caso litigioso, cosa que nosotros no creemos que lo sea”.

No sólo el Himno

De los Archivos Generales de Música, según informes, no sólo fueron arrojados al zafacón el informe de Julio César Paulino y la partitura original del Himno Nacional. El barítono Fausto Cepeda, que durante 48 años ha trabajado en diferentes posiciones de Bellas Artes, recogió de la basura otros valiosos documentos históricos pertenecientes a esa institución, en una ocasión que salía de un ensayo en el Conservatorio Nacional de Música.

“Encontré dos cajas con los documentos de los Archivos Nacionales de Música, una foto a color del maestro Carlos Piantini con el violín en las manos, como de 35 ó 36 años; encontré en el tanque de la basura una foto mía encarnando la parte de Otelo de la ópera de ese  nombre y encontré las placas que tenían las fotos de los archivos de los compositores dominicanos, tiradas también en la basura. En esos días había llovido, ya usted puede imaginar como estaba aquello”, narró Cepeda.

Cuenta que se llevó las cajas a la Academia de Canto de la profesora Marianela Sánchez, las dejó ahí un tiempo, las fumigó y luego las devolvió a la persona que desmanteló los archivos, que “fue la que designaron en Bellas Artes para desalojar el Archivo Nacional de Música, que creo es la gobernadora del Palacio de Bellas Artes”.

El reconocido artista agregó que también desapareció un “Tema para Mayo”, de Manuel Rueda. “Se perdieron la partitura y los discos, grabados por el Coro Nacional”.

Cepeda conserva fragmentos de un álbum en pasta de la primera grabación del Himno Nacional Dominicano, realizada por la Banda de Música del Ejército Nacional, bajo la dirección del maestro José Dolores Cerón, que también fue desechado cuando estaba íntegro, pero que se destrozó al tirarlo. Los pedazos se los entregó a Cepeda Julio César Paulino cuando ambos inspeccionaban la alfombra de documentos abandonados en el patio del Archivo Nacional de Música, informó Paulino.

En las afueras de lo que era la casita que resguardaba las plantas del Quisqueya Park, ahora asignada a un pintor, hay dos archivos de metal, vacíos, que pertenecieron también a los Archivos Nacionales de Música. Ahí se encontraban, según Paulino, los documentos del siglo XIX sobre bandas, academias, escuelas de música, como “la Banda de Música Pacificador, que fundó Ulises Heureaux en Santo Domingo, dirigida por José de Jesús Ravelo, así como la creación de la Banda de Música de Santiago, por Ildefonso Arté, padre del notable músico Emilio Arté”. Ildefonso era primo de Félix Astor Arté, autor del Himno Nacional de Puerto Rico, según datos de Paulino quien reitera que todo ese acervo fue a parar al vertedero de Duquesa.

Al escuchar el testimonio de Fausto Cepeda, quien fue, además, director de la Academia de Música y de los Cantantes Líricos de Bellas Artes, profesor ayudante del Coro Nacional, director administrativo interino y asistente de algunos directores de Bellas Artes, se le observa que si todo ese patrimonio estaba en el zafacón, fue producto de una decisión, no de la intención de botarlo.

“Creo que la persona que se designó para eso no tenía conocimiento de causa. A favor del secretario de Cultura y de la directora de Bellas Artes debo decir lo siguiente: cuando ellos sacaron a Paulino de los Archivos Nacionales de Música para pensionarlo, el secretario designó una persona y durante dos meses esa persona nunca entró al Archivo Nacional de Música. Como consecuencia de eso, si Paulino tenía algún desorden ahí, el desorden después fue mayúsculo  porque, por lo menos, Paulino fumigaba. Al dejar de fumigar, hubo papeles que se perdieron. Entonces es cuando el secretario dispone la cancelación de la persona que estaba ahí, pero ya era demasiado tarde porque había papeles en condiciones muy desastrosas. Esa persona nunca tomó posesión, nunca fue a hacer absolutamente nada. Esa persona que se designó ahí, como no sabe de eso comenzó a botar papeles, porque la orden de ella era limpiar eso, era la gobernadora del Palacio de Bellas Artes y ahora funge como gobernadora donde está la Dirección General de Bellas Artes”.

Significó Cepeda que los Archivos Generales de Música “fue una institución que por años vino cojeando de algo y que a pesar de ser creada institucionalmente, no tuvo el apoyo económico de los gobiernos de turno. Paulino se desempeñaba de forma tan precaria que inclusive hasta dormía ahí adentro, porque tampoco eso pagaba mucho”.

Añadió que don Julio César tenía el organismo “como Rafael Herrera su escritorio en el Listín Diario, pero sabía donde estaba todo: tenía un desorden organizado, pero lo cuidaba”, aunque comentó que por su inteligencia, acuciosidad, cultura, por el hecho de ser una verdadera autoridad musical, “pudo haber desarrollado todavía mucho mejor papel”.

Investigarán

Fausto Cepeda refirió que los generales Ramiro Matos y Leonidas Pérez y Pérez lamentaron que se perdiera la partitura original del Himno “porque la verdad fue que se perdió porque, como te dije, la persona encargada de eso no sabía de qué se trataba, no tenía conocimiento de que lo que había ahí adentro era tan valioso como una partitura del maestro  José Reyes, del maestro Manuel Simó, del maestro Enrique de Marchena… Y no sólo eso, ahí se perdieron muchísimas partituras de muchos otros compositores dominicanos de hace 50, 60, 70 años”. Afirmó que, por tradición, los documentos de Bellas Artes “siempre han estado en los sótanos de la institución, eso no es de ahora”.

Agregó que al tratar de conseguir los cronológicos de la gestión de Pedro Morales Troncoso, los pudo localizar “en cajas húmedas, pudriéndose, y logré rescatarlos. Porque los papeles de Bellas Artes siempre han estado rodando”.  Lo deseable sería, añadió Fausto Cepeda, “que en esta administración se pueda recoger todo eso y que los Archivos Nacionales de Música se convirtieran en archivos de las bellas artes del país para que todos esos documentos puedan tener un sitio donde descansar y consultarlos”. Significó: “Yo creo mucho en el trabajo que está haciendo Bernarda Jorge en Bellas Artes, es una gran investigadora y trabajadora de primera. Bellas Artes tiene en ella a una gran incumbente”

Contó que hace cuatro o cinco años los documentos de Bellas Artes se encontraban al lado de una cocina donde se preparaban alimentos.

Es probable que los generales Pérez y Pérez y Ramiro Matos soliciten o inicien una investigación sobre el paradero de los documentos extraviados o botados, sobre todo los referentes al Himno, partiendo de su más reciente experiencia en La Feria del Libro. Cepeda contó que “Pérez y Pérez hizo un excelente trabajo sobre el Himno, para el pabellón de las Fuerzas Armadas, pero quedó inconcluso porque él no pudo obtener los nombres de los primeros músicos que tocaron el Himno Nacional Dominicano por primera vez porque, precisamente, de donde se podía surtir era de los Archivos Nacionales de Música, y ya no existían para ese momento”.

En una visita a la Dirección General de Bellas Artes se comprobó que una parte significativa del patrimonio de esos archivos está ordenada y bien cuidada en una sala de la primera planta del edificio que alberga esa institución. Su directora, la escritora e historiadora Bernarda Jorge, anunció que se está trabajando en el proyecto de integrar en el Museo de la Música Dominicana al Archivo Nacional de Música y al Centro de Recuperación de la Música Dominicana, como se ha designado ahora el organismo que dirigió Julio César Paulino.

Al informarle a Paulino la existencia de este material rescatado se preguntó si allí estarán “los ocho anaqueles de caoba, de una tonelada cada uno, donde reposaba todo el repertorio musical de la antigua Voz Dominicana”.

Despojar a José Reyes estremecería la República

Con la prudencia de no obedecer a las tentaciones que han primado en este país de tener un complejo de Guacanagarix y de considerar a los extranjeros como semidioses, recibieron Manuel Núñez e Ivonne Haza la petición del biznieto de J. Machado que reclama para su ancestro la autoría de la música del Himno Nacional Dominicano.

“Cuando tuve ante mí la documentación, me di cuenta de que sólo atañía al Himno pero en modo alguno a la persona y que podía ser más que una bomba, un torpedo mojado”, refirió Manuel Núñez, al contar su experiencia en este caso. “Estamos hablando del profesor José Reyes, es el autor de la música del Himno, es un personaje que está en el Panteón Nacional o sea que, evidentemente, cualquier tipo de modificación en el estatus de una figura de su categoría, que tiene casi calidad de prócer, es algo que provoca un  remezón extraordinario en la historia dominicana”, agregó.

Núñez entendió que había una intención de parte de los descendientes de Machado “de que su pariente fuese colocado en un rango si no procero, semejante al de Reyes, por haber sido el supuesto autor de la música del Himno y, ante eso, yo tomé las precauciones”.

Después que Rosa Meléndez, entonces agregada cultural de la embajada dominicana en Madrid, le hizo llegar los reclamos del descendiente de Machado que reside en Cádiz, junto a la partitura, y tras sucesivas llamadas de la dama, visitada frecuentemente por éste, Núñez se comunicó con doña Ivonne Haza, entonces Directora Nacional de Música, quien delegó en Julio César Paulino el análisis comparativo de la caligrafía de los dos himnos, “pero en el entendido previo, aclara Manuel, de que esos datos, de por sí, no ponían en entredicho la estatura musical de José Reyes porque, primero, los músicos tenían prueba de su sapiencia como tal, de su probada capacidad musical, que no era un mero copista como se quería hacer entrever y segundo porque era muy difícil establecer que una presencia menor en la República Dominicana de esa persona pudiera ser el origen del Himno. Y además, porque de dicha persona no se nos dio ningún curriculum que dijera que tenía esos datos musicales, se sabe que era un director de música de España pero no se tenía currículum que probara que había compuesto otras músicas. Esas circunstancias reducían la posibilidad de que nosotros pudiéramos ni siquiera pensar en poner en tela de juicio la autoría del Himno por parte de José Reyes”, relató Manuel Núñez.

Rosa Meléndez, agregó, envió  originalmente la documentación al Archivo General de la Nación pero luego  se dirigió a Núñez que, “en cierto modo era el encargado de la conservación de los documentos y que al mismo tiempo tenía a mi cargo muchas cosas que no estaban directamente relacionadas con mis funciones”.

Aunque los familiares de Machado eran insistentes en su reclamo, Manuel Núñez siempre consideró que no era preciso actuar con prisa, dijo. “La reclamación que hacían era que se le reconociera a Machado ser el autor del Himno y eso implicaba una remoción nacional porque el autor del Himno es algo hasta constitucional, no era fácil, implicaba cambiar el autor de algo que es patrimonio nacional, eso para cualquier país es estratégico y fundamental, las cosas no se podían hacer con celeridad”.

El laureado escritor piensa que “parece que Machado dejó eso dicho como una curiosidad  y la familia entera se dedicó a tratar de obtener esa rehabilitación histórica que en el caso nuestro era un hundimiento de nuestro prócer, que es José Reyes”.

Un punto final

La ex directora artística del Teatro Nacional, del Archivo Nacional de Música, de la Unidad de Arte y Cultura de Codetel, Ivonne Haza, repite la misma historia del señor de Cádiz que se presentó a la embajada dominicana reclamando el mérito para su bisabuelo, sus reuniones con Manuel Núñez y el encargo a Paulino de hacer el análisis de lugar. “Esa notita de Rosita Meléndez junto a la partitura debe estar en el Archivo, en la Dirección de Música, porque yo lo dejé todo con un ordenamiento total, desde el primer día que llegué hasta la última carta que se escribió”.

“No conozco la caligrafía de José Reyes, solamente conozco la de autores que han trabajado conmigo: Enrique de Marchena, Luis Rivera, Manuel Rueda, por eso llamé a Julio César Paulino, director de los Archivos de Música, y él sí tenía en sus manos obras de José Reyes, entonces podía hacer un estudio comparativo serio, y eso quedó en sus manos. Tuve que salir pero hablé con Rosita y verdaderamente el interés era que se le diera un punto final a esto y que se le escribiera una carta diciéndole: No, nuestro Himno lo consideramos de José Reyes, en ningún momento había salido a relucir esto y el artículo 97 de la Constitución dice que es invariable, único, eterno. No hay discusión, así que, para nosotros, es José Reyes”, relató Ivonne Haza.

La distinguida ex directora de los Cantante Líricos y Asesora Cultural de Codetel aclara que parecería contradictorio admitir que no conoce la caligrafía y sin embargo asegurar que el autor del himno es José Reyes, pero confía plenamente en las conclusiones de Paulino, a quien considera “una autoridad musical”, y por respeto y admiración a José Reyes, por las veces que ha interpretado el Himno y porque, como cantante, “lo considero una parte mía”, aunque “el único que sabe es Julio César, que ha hecho ese tipo de estudios. Es hora ya de recopilarlo y hacer una constancia de por qué él, con toda razón, dice que la música es indudablemente de José Reyes”.

Manifestó que el interés de ella, Manuel Núñez y Julio César Paulino era escribir una carta a los reclamantes “para darle finiquito a esa situación”, pero en ese momento ella salió del organismo, “quedó Josué Santana y al final, cuando nombraron a Caonex Peguero, no solamente le dije que todo estaba en orden, él me dijo que sí, que lo había encontrado todo perfecto, sino que le recomendaba que lo mejor era tomar esto y no dejarlo sin respuesta, que nuestra Constitución es muy clara, que todo lo que dice Julio César Paulino demuestra que la música de nuestro Himno es de José Reyes, que no hay ningún tipo de reclamo”.

Considera la afamada soprano que si en vida de los músicos no se produjo ninguna protesta “ahí no hay nada qué hacer. Para mí esto está fuera de discusión. Me imagino que todavía no se le ha dado respuesta a ese señor, hay que dársela, diciéndole que nos excuse el tiempo, que no había sido posible responderle pero que el artículo 97 de la Constitución es muy claro y que para nosotros el autor de la música es José Reyes, sin ninguna duda”.

Ivonne Haza leyó parte de un capítulo del libro “Testimonio de un director de orquesta”, de Julio De Windt, donde en un apartado titulado “Dos anatemas de los autores del Himno Nacional”, éste reproduce opiniones del músico y del poeta.

“Yo protesto enérgicamente contra cualquier alteración sin mi consentimiento o del gobierno y por tal razón perseguiré hasta los tribunales de la República, en virtud de lo prescrito en el artículo del Código Penal a los que, como ya he dicho, agreguen, quiten algo al Himno de la Patria”. José Reyes.

Emilio Prudhomme escribió: “Yo espero que los futuros congresos nacionales de mi pobre Patria no se atrevan a modificar nada en ese Himno, ellos tendrán presente que si la humilde propiedad material y literaria es de este humilde servidor, la propiedad intelectual efectiva y al mismo tiempo oficial es del pueblo soberano. Nadie tiene el derecho de tocar las cosas ajenas ni mucho menos las cosas sagradas”.

No pudo rebatir

Edwin Espinal Hernández, doctorado en Derecho de Autor y Derechos conexos por la Universidad de Buenos Aires, Argentina, pasado director de la Oficina Nacional de Derecho de Autor y Académico Correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia considera que “la partitura de J. Machado sometida por sus descendientes españoles no pudo rebatir, en tanto medio de prueba, la presunción de autoría de la música del himno. Es lo que establezco al leer las declaraciones de Julio César Paulino, ex director del Archivo Nacional de Música, a partir del examen que como perito practicó al compulsar la partitura atribuida a Machado y los originales de puño y letra de José Reyes”.

Añadió que la conclusión de Paulino, de que si bien la de Machado es idéntica a una segunda versión de la composición, es diferente a la primera manuscrita por Reyes, “es atendible, por lo que coincidimos con él en que Machado bien pudo tomar la partitura final de Reyes, estampándole su firma. No obstante, pensamos que una comparación de los originales manuscritos de Machado y Reyes, de conocerse los primeros, hubiese sido saludable para darle un carácter definitivo a su experticio”.

Así las cosas, señala, “José Reyes se erige, hasta ahora, como el real autor de la música de la canción de la patria”.

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