Héroes sin capa. Así es la labor voluntaria del cuerpo de bomberos de la capital
Ejercer la profesión de bombero significa dejar todo atrás para ayudar a las personas que estén en peligro, y a la vez formar parte de una gran familia, que porta con orgullo unos uniformes de 50 libras de peso que los distingue en su labor.
Así lo señaló el capitán Otto Geraldino, quien desde los 7 años de edad soñaba con ser bombero. Ver accionar un extintor lo hizo enamorarse de este oficio, “luego estuve presente en un accidente donde llegó un camión de bomberos y ahí terminó de comprender que había nacido para salvar a otros.
“Me enamore del cuerpo de bomberos y a la fecha llevó más de la mitad de mi vida aquí”.
Agrega que es una institución muy hermosa, sobre todo cuando hay finales felices.
“También tenemos que estar preparados para cuando se nos presentan situaciones difíciles”, reconoce el capitán Geraldino.
Hoy lleva 17 años como voluntario del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional (CBDN) y ha tenido la suerte de salvar vidas y bienes materiales, pero también ha llorado de frustración cuando la cosas no salen tan bien…
De su lado Andrés del Río, voluntario desde el 2017, con 23 años de edad, dice que entró al cuerpo de bomberos siendo estudiante de medicina y movido por su deseo de ayudar.
“Mi experiencia aquí ha sido buena, porque me permite ayudar a los demás y aportar a la sociedad”, asegura.
Familia de bomberos. La primer teniente Valentina Calderón ha vivido un romance eterno con los bomberos.
Es una bombera de corazón. En su familia hay varios voluntarios incluyendo su padre, quién a pesar de ello, se resistía a que su hija lo fuera. “Al ver mis familiares me motivé a ingresar, fue una lucha de poder con mi papá, pero al final lo logré”, dice con orgullo Valentina.
Aunque no le ha tocado sofocar fuego, ella ha jugado un importante papel durante la pandemia, asistiendo a sus compañeros de manguera a realizar citas y seguimientos en casos de covid-19.
¡Ser bombera ha sido mi mejor decisión! La segunda teniente Jessica Castellanos no puede evitar las lágrimas al recordar todo lo que ha vivido durante sus años como bombera, no solo ha apagado fuegos y salvado vidas, también ha visto morir personas y ha sido marcada por ello, como cuando le tocó un automóvil en llamas y un niño que venía a bordo murió. “He vivido historias tristes.
Pero da mucho orgullo cuando me he quitado el casco y la gente se sorprende y dice: wao las mujeres también son bomberas”.
Un chef bombero. José Lombardero es chef de profesión y bombero de vocación y es que desde niño ha estado vinculado a este oficio, pues en el restaurante de su familia ha sido por décadas espacio de reuniones de los hombres contra el fuego.
“A mí me gusta servir, me gusta que la gente sea feliz, por eso aunque no lo parezca, ser bombero y cocinero guarda mucha relación”, explica.
Agrega que este trabajo es un pasión que lo ha atrapado al punto que no lo piensa dos veces para salir corriendo cuando hay una emergencia, ya sea que involucre personas o animales. “Además esto es una familia, los bomberos somos hermanos para toda la vida”, concluye Lombardero.
La historia del también primer teniente Erick Peralta, es igual de apasionante. La persona que le inspiró fue su padrastro, un experimentado bombero, con 12 años de servicios.
“Todo lo que han dicho mis compañeros es cierto, esto es adictivo. Poder aportar para solucionar una situación de peligro es algo muy gratificante”, explica.
A Manuel Russo también lo mueven los mismos valores que a sus compañeros: un inmenso deseo de ayudar y darse a otros.
“Desde adolescente me causaba ansiedad cuando veía en las noticias situaciones de emergencia, quería salir a ayudar”, y por ello entiende que ha llegado al lugar correcto.
Al rescate de los animales. No solo de fuego vive una bombera. La segunda teniente Clementine Mageri es un ejemplo de ello, su trabajo en el CBDN. Como médico veterinaria le preocupa mucho rescatar y socorrer animales en situación de peligro.
“Estoy feliz de ser parte de este grupo de personas que aporta solo porque sí, para proteger personas y también a las mascotas y eso para mi es muy importante”.
Mientras que Mayleen Cabral, como especialista en riesgos de desastres naturales se ha interesado en pertenecer a esta entidad para estar preparada y preparar a otros en caso que ocurra un desastre natural.
“Como especialista pude cooperar cuando pasó la tormenta tropical Laura y también hemos entrenado bomberos en este aspecto, específicamente en área de prevención.
Como ellos, 350 hombres y mujeres jóvenes han decidido regalar de manera voluntaria su tiempo, sus capacidades y su fuerza física al Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional.
Lo confirma el general de Brigada José Luis Frómeta Herasme, jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional donde diariamente atienden un promedio de 16 emergencias, lo que al mes suma casi 500 casos que son atendidas por agentes fijos y voluntarios.
El CBDN nació como una institución voluntaria en 1928 y se mantuvo así hasta 1944. Actualmente cuenta con 265 bomberos remunerados y permanentes.
“Desde ese momento hombres y mujeres movidos por su voluntad de servir luchan hombro con hombro contra el fuego, las inclemencias del tiempo y cualquier otra emergencia que ponga en peligro la vida de la gente o de los animales”, explica el general que lleva 31 años en la institución.
Entrenados para ser héroes. De acuerdo con el general Frómeta Herasme, tanto los bomberos fijos como los voluntarios reciben un riguroso entrenamiento para salvar vidas y bienes materiales.
“Después que estos oficiales reciben su entrenamiento son distribuidos en las 15 estaciones que tenemos en la ciudad. Todos ellos aunque se vean jovencitos, tienen mucho sentido del compromiso: andan con su indumentaria contra fuego y un radio, si ocurre algo ellos acuden inmediatamente”, puntualizó.
El general agrega que hay una gran hermandad entre el personal permanente y el voluntario.
El jefe de los bomberos de la capital, dice que además de ser una persona con un alto sentido de la vocación de servicio, todo bombero debe ser un ciudadano ejemplar.
“Estos jóvenes son profesionales, que han dejado la comodidad de su hogar para servir de manera desinteresada a la institución. Si escuchan una emergencia ellos abandonan todo y se van a ayudar ”.
Para ser voluntario además de deseos de servir los ciudadanos deben llenar algunos requisitos mínimos y ser disciplinados