HISTORIAS POLICÍACAS DE JORGE LUIS BORGES El conjunto narrativo ”Ficciones” de Borges, nos permite reorganizar el orden editorial en opciones propias del lector, lo que encantaría a Borges, pues para el lector siempre ha tenido el rol principal en su creación literaria. Sabemos que ha manifestado un exquisito gusto intelectual por la intriga.

HISTORIAS POLICÍACAS  DE JORGE LUIS BORGES El conjunto narrativo  ”Ficciones” de  Borges, nos permite  reorganizar  el orden editorial en opciones  propias del lector,  lo que encantaría  a Borges, pues para  el  lector siempre  ha  tenido  el  rol   principal en su creación literaria. Sabemos que ha manifestado un exquisito  gusto  intelectual por  la intriga.

Ficciones es un libro de cuentos escrito por Jorge Luis Borges, publicado en 1944 y compuesto de dos partes: El jardín de senderos que se bifurcan y Artificios. Posee entonces dos prólogos.
La crítica especializada lo ha aclamado como uno de los libros que ayudaron a definir el rumbo de la literatura universal del Siglo XX. Asimismo, su publicación en 1944 colocó a Borges en un primer plano de la literatura universal. Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX, de acuerdo al periódico español «El Mundo», así como también en la lista de los 100 libros del siglo XX del diario francés Le Monde y en los 100 mejores libros de todos los tiempos del Club de libros de Noruega, entre otros importantes reconocimientos.
El escritor argentino tuvo una relación espinosa con el intelectual francés R. Caillois, quien admiró su obra y tradujo “La lotería en Babilonia” y “La Biblioteca de Babel” en 1944.
Es una anécdota que data del año 1941, y que revela la posición de Borges sobre la novela policíaca a través de un desacuerdo con Caillois, porque este otorgaba el origen del género a la época de Napoleón, bajo el argumento de que fue en esa época cuando nació la novela policíaca moderna.
Borges denuncia un error, declarando que esta literatura no tiene nada que ver con la policía. Insiste en decir que se trata de un género ajeno a esas crónicas de espiones y policías.
Realmente, lo que defiende Borges son las historias en sí, con sus tensiones, sus misterios, sus ambientes y el desenvolvimiento de una realidad dentro de la escritura.
El sujeto espión no le interesa, le interesa la escritura que inventa el sujeto. En sus intentos por crear historias policíacas, Borges se declara insatisfecho.
En “La muerte de la brújula”, el supuesto culpable, el detective Lonnrot, encuentra por su camino la Yidische Zeitung y toda la biblioteca cabalística en torno al Tetragrammaton que alude a la inscripción encontrada en el sitio del crimen…y así se van articulando las letras del nombre del criminal, y es que tal como la afirmaba Borges, el misterio debe de ser descubierto gracias a la inteligencia, gracias a un procedimiento intelectual. Por eso, la narración se puede acelerar y a la vez detenerse así como lo hace Lonnrot, quien piensa haber resuelto el misterio dirigiéndose hacia una propiedad abandonada de Triste- Le-Roy, que visita de cabo a rabo y le da toda la vuelta en una atmósfera melancólica e inquietante. Es de noche se manifiesta un juego infinito de espejos, para llevar nuestro personaje a un mundo extraño y cercano a la vez. En este cuento, la inteligencia es Lonnrot, y que al igual que en las obras de Edgard A. Poe, es el personaje inteligente, quien tiene las llaves del enigma.
Más que las historias en sí, los cuentos de Borges nos atraen por las ocurrencias borgianas que desplazan, el misterio, la realidad, la intriga con la intervención crítica del escritor. En el diálogo sorprendente entre Lonnrott y Scharlach, ellos se salen de la ficción para llevar en ella su mirada crítica y confiesan estar muy poco convencidos de la historia, hasta proponer al narrador de volverla a escribir con otro esquema. Volver a escribir, recomenzar, genialidad “borgiana” que nos pone como el Sultán de las “Mil y una Noche”, en la espera de otra historia diferente en su final.
Borges no da la revelación del enigma, pues lo considera siempre decepcionante, pero si lanza un movimiento hacia la ficción para retomarla siempre, recomenzarla porque es inalcanzable.
“Ficciones” debemos considerarlas como un termo ambiguo asociado al significado del latín …fingiré… que también se traduce para dar forma y moldear lo que da a entender que tenemos aquí historias formateadas, inventadas por placer, pero también, historias fingidas, de tal manera que en esta doble ambigüedad del nombre, tenemos un contrato de lectura donde ni el autor ni el título te ofrecen concepciones de lectura. Estamos frente a un mundo incierto, donde reina la perplejidad y el asombro.
La mezcla de enigmas y propuestas de lectura, nos hace inteligentes y estúpidos a la vez, pues no tenemos en mano el dominio total de las historias.
Es dentro de esta tonalidad que está todo Borges, entre misterio y enigma. Su tensión misteriosa también cae en el laberinto como la Biblioteca, en un mundo circular inacabable, el personaje, hábil para criticar la complejidad del laberinto de Scharlach, vencido por la historia reivindica la victoria en la narración, y propone otro modelo narrativo, otra figura del laberinto, una línea recta, y declara que en esa línea recta se han perdido tantos filósofos que también un detective puede perderse en ella.

Se trata de la paradoja de Aquiles y la tortuga, propuesta aquí como una suerte de modelo para una intriga policial sencilla como una línea recta y misteriosa, como la división infinita del espacio. Lonnrot propone substituir la paradoja, pues en una réplica Scharlach confiesa que le matará una próxima vez y le promete el laberinto…
Literariamente todo se mezcla, salimos de los retos del cuento policíaco para entrar en las figuras del” bien y del mal”.

Toda “Ficción” de Borges se refiere a una mística del misterio y de la investigación, estamos frente a un escritor de enigmas permanentes sin soluciones que no sean las del propio lector, he ahí todo el poder de la obra “borgiana”.

Borges como nadie cambió nuestra relación con la literatura, nos ha dibujado nuevas cartografías de escritura en el campo de su preferencia: “la literatura fantástica”, pero lo profundamente fantástico también cae en el misterio, con una clave de erudición excepcional, con la potencia de invitar el mundo del conocimiento, la sabiduría enciclopédica en cada una de sus narraciones. Un mundo que Jorge Luis Borges nos legó, un mundo escrito con toda su fragilidad, para entonces invitarnos al laberinto de las bibliotecas y de los espejos, como quien entra en el Universo…

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