En términos de trascendencia, la XIV Feria Internacional del Libro es un evento irrepetible, que pasará a los anales de la historia -como la mayor impronta del sector cultural dominicano, entre otras  cosas, por ser la Santa Sede la invitada de honor.

El Ministerio de Cultura, que dirige el refutado intelectual y excelente comunicador Lic. José Rafael Lantigua ha logrado coronar su extraordinaria gestión con una entrega de la llamada fiesta de la cultura, que ha llenado de gloria al país.

Como se ha reiterado tantas veces durante la organización y desarrollo del magno acontecimiento, nunca antes el Estado Vaticano, el más pequeño del mundo, pero poderosamente influyente en el aspecto religioso y hasta político, había aceptado una invitación de esa naturaleza. El mensaje del Papa Benedicto XVI en la inauguración de la Feria fue realmente impresionante, transmitido por la radio y televisión del Vaticano. Su Pabellón constituyó una experiencia inolvidable como legado espiritual para las legiones de visitantes, incluyendo estudiantes, de todas las edades y público en general.

Las calles inauguradas en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte con los nombres de destacados escritores, intelectuales, insignes sacerdotes y periodistas, estuvieron revestidas de actos caracterizados por la nostalgia y emotividad. Fue el reconocimiento de una obra o accionar social que enaltece y engrandece el alma humana.

La XIV Feria Internacional del Libro ha sido un evento para la historia, que representó un hito para el Ministerio de Cultura, el Gobierno dominicano que preside Leonel Fernández y para la Iglesia Católica como institución religiosa que congrega a miles de millones de feligreses a nivel universal.