Histórico uso del paraguas

Histórico uso del paraguas

POR ROSARIO TIFÁ
El paraguas es un accesorio histórico, de gran utilidad en cualquier época del año, especialmente en países tropicales, afectados con mayor frecuencia por las lluvias y el candente sol. En el mercado hay diferentes tamaños y colores, que además de combinar con el vestuario tienen la particularidad de llevarse con comodidad dentro de la cartera.

En el país se establece la diferencia entre paraguas y sombrilla, que aunque en la práctica es lo mismo, el tamaño y firmeza de la tela marca esa diferencia.

Cuenta la historia que el paraguas surgió en Mesopotamia, hace más de 3.400 años, en forma de pantalla, y lo usaban las mujeres en la cabeza para cubrirse del sol. Las mujeres romanas, luego, acostumbraban aceitar las sombrillas de papel para impermeabilizarlas.

Parasoles y paraguas prevalecieron como accesorios del atuendo femenino en Europa hasta entrado el siglo XVIII y más tarde en América. Los hombres preferían empaparse con la lluvia y no llevarlos.

Los hombres continuaron adoptando esa actitud hasta que el comerciante británico Jonas Hanway, un hombre que había obtenido una fortuna en el comercio entre Rusia y Oriente, empezó a usar paraguas.

Hanway se retiró de los negocios a los 38 años dedicándose a viajar y promover el uso del paraguas que se convirtió para él en una gran pasión.

A partir de 1750, rara vez salió sin paraguas, no importaba si llovía o hacía sol.

El acaudalado ex comerciante continuó con esa actitud durante sus últimos 30 años de vida hasta lo que llevó a los hombres a comprender que no era un pecado usar paraguas. Antes de su fallecimiento en 1786, los caballeros británicos sacaban a relucir sus elegantes paraguas en días lluviosos, y además, los denominaban atinadamente «hanways».

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