HM no es el único responsable

HM no es el único responsable

Por menos que quiera, el presidente de una nación es quien carga directamente con las consecuencias de todo lo que ocurra a favor o en contra de todos los ciudadanos.

Y la razón es obvia. A él se le considera como el máximo conductor de los destinos del Estado. Y por él fue que una gran parte de la población dio su votó en las elecciones por la apreciación de su discurso y de cualidades que exhibía y proyectaba.

Cada vez que hay una situación difícil, un problema o algo preocupante, la gente mira hacia el mandatario en busca de una respuesta, de una solución , de una orientación o de un hálito de esperanza.

En países como el nuestro se tiene la creencia de que el señor Presidente todo lo puede, todo lo soluciona, todo lo sabe, todo lo conoce, todo lo comprende, todo lo ve, todo lo entiende, todo lo resuelve, todo lo hace, todo lo ….

Sin embargo, la realidad del caso es que un presidente, por más que quiera, no cuenta con todas esas facultades o prerrogativas.

No son una ni dos las ocasiones en que un gobernante se encuentra atrapado por la impotencia, el desconocimiento de algún asunto importante, la capacidad para la solución de un problema y la carencia de poder para cambiar cosas deseadas y tormentosas.

Lo primero que coloca límite de acción a un presidente es el mismo sistema democrático. El tiene que acatar las reglas de juegos establecidas por las leyes, por la Constitución y por las instituciones llamadas a tomar resoluciones en el país.

Lo segundo es que existen otros protagonistas en el escenario que, de igual modo, cuentan con una gran cuota de incidencia en el desenvolvimiento de una nación.

Nuestro país es el mejor ejemplo de todo lo dicho.

A nadie se le puede ocurrir que es voluntad del Presidente Hipólito Mejía Domínguez que el dólar hoy esté por las nubes, que los alimentos estén estrangulando el presupuesto de las familias dominicanas, que los apagones fastidien hasta más no poder, que las facturas se incrementen indiscriminadamente, entre otras tantas cosas preocupantes para la población en general.

El Presidente es el primero en estar consciente de que todos estos elementos crean una aguda animadversión contra su figura. Esto lo han demostrado las encuestas, en las que hasta el Diablo le ha llevado ventajas con creces,, en las llamadas telefónicas que hace la gente en los medios de comunicación y en el constante conversar por esas calles de Dios.

El desequilibrio de la economía y la agudización de la crisis ha afectado tanto a los ciudadanos que si las elecciones fueran el mes que viene, Mejía no tendría que ir a buscar absolutamente nada, en caso de que pudiera candidatearse. Y en término de proyección futura más distante, esto quiere decir que si él logra imponer su anhelo reeleccionista, tendría que producirse un cambio muy significativo para que no se avoque a recibir un rechazo o desprecio vergonzoso.

Pero a pesar de esta preocupante realidad, hoy por hoy Hipólito Mejía no ha podido cambiar este panorama tan enemigo de sus intereses políticos. Hasta su propio partido está usando estos argumentos para descalificarlo como posible futuro candidato a la presidencia.

Todo esto indica claramente que existen factores muy fuertes y otras figuras de mucha influencia que le tumban el pulso y que le hacen ver que él no lo puede todo, no lo sabe todo, no soluciona todo y que no puede lograr todo lo que quiere.

Definitivamente hay otros sectores y figuras que son íntimamente responsables de que la situación del país ande por donde anda.

En lo que respecta al dólar, hay unas manos poderosas que, según los informes oficiales, están moviendo de 180 mil a 200 mil pesos dominicanos dentro del llamado mercado de la especulación. Esas gentes se han bañado en papeletas sin importarles que tanto daño se le hace a la economía nacional. Es un sector con ramificaciones, conexiones y conciencia muy oscura.

Y dentro de este río revuelto sacan grandes y cuantiosos beneficios un amplio sector del comercio. Las perdidas en el negocio se registran sólo cuando se producen bajas de precios. Lo que significa que el constante y permanente cambio alcista de etiquetas en los artículos ha venido reportando buenos dividendos a muchos negociantes.

En medio de esta crisis, hay muchos responsables y corresponsales. No es sólo el Presidente de la República.

En el desarrollo, estabilidad y buena administración de un Estado confluyen muchas fuerzas. Pero si no hay una voluntad, un desprendimiento y una actitud patriótica conjunta, por mas que luche un presidente, nada se podrá hacer.

Y en este país, desde hace mucho, se ha entablado una especie de guerras entre muchos sectores de gran importancia e incidencia: un partido de gobierno contra el Presidente de la República, un sector económico contra reglas establecidas, funcionarios enemigos de su propia gestión y un mandatario que se lanza a trocha y mocha a luchar contra muchos que tienen gran poder de decisión para llevarle la contra.

Lo triste y lamentable es que en los resultados de todo esto, el único que está perdiendo mucho en esta lucha titánica es el pueblo.

Publicaciones Relacionadas