Leopoldo Díaz, presidente de Hogar Crea Dominicano, lloró ayer dos veces ante el público e igual hizo Rhina Rosario, una joven que se rehabilita en el centro femenino de esa entidad, desde hace nueve días. El común denominador que les preocupa es que la institución mendiga para poder subsistir.

De extremarse la crisis económica que afecta a la entidad, se podrían ver obligados a suspender el ingreso a los 35 centros que cuentan en el país.

Leopoldo Díaz, presidente de Hogar Crea, se quejó de que para este año el gobierno le dejó el mismo presupuesto de RD$14 millones que contó en el 2003, con la agravante de que producto de la inflación que ronda el 50%, ese monto se disminuye a unos RD$7 millones en el valor real de compra.

La propuesta de presupuesto que hizo la entidad para este año fue de RD$68 millones, de los RD$141 millones que proyectó Crea utilizar para el mismo período. Los otros fondos tiene pautado obtenerlos en base a la ayuda privada y las recaudaciones internas con actividades como rifas de carros y desfiles de modas profondos.

Actualmente, los 35 centros de Crea en el ámbito nacional albergan 1,587 residentes. Se estima que la inversión mensual en cada residente es de RD$7,800, incluyendo comida, medicamentos, alojamiento y otros.

Al participar en La Esquina Joven de HOY, Díaz criticó que plantearon la necesidad de mayor presupuesto a las autoridades presupuestarias del gobierno y a senadores, pero aún así no fueron escuchados.

«En este país se atienden las cosas que no se debe», se quejó, al participar en el encuentro, acompañado del director de Información y Asuntos Corporativos de la institución, Alexis Reyes. Asistieron, además, representaciones de varios de los centros, algunos de los cuales expusieron dramáticos testimonios. Aspiraban a mayor presupuesto, indicó Díaz, para poder ampliar su equipo clínico terapéutico y demás personal, que actualmente alcanza las 80 personas. Se quejó de que sólo cuentan con un sicólogo para ofrecer servicios a los 35 centros del ámbito nacional.

También expresó su preocupación porque el flagelo crece, al denunciar que en barrios populosos de esta capital y Santiago, las drogas se venden públicamente.

El primer Hogar Crea del país fue fundado el 15 de febrero de 1975, hace casi 29 años. Se estima que ha rehabilitado un promedio de 565 personas por año, unas 15,000 en toda la trayectoria.

[b]PIDE CITA AL PRESIDENTE[/b]

Díaz explicó que tienen dos opciones de solución al presupuesto faltante para completar los trabajos de este año. Dijo que a través de un amigo funcionario, que tiene asiento en el Palacio Nacional, canaliza una cita con el presidente Hipólito Mejía para exponerle la situación de crisis.

La otra posibilidad, señaló, es aumentar las recaudaciones de la institución, a través de rifas y desfiles de modas profondos.

[b]DRAMATICOS TESTIMONIOS[/b]

-Rhina Rosario, 29 años, de Santiago, duró siete años consumiendo crack. Inició en el mundo de las drogas por curiosidad de probar la marihuana que frecuentemente usaban sus amigos. «Mi vida fue un desastre», dijo llorando, mientras narraba que ahora es tratada en el centro femenino de Crea, en Vista Hermosa, Santo Domingo Este, alejada de sus hijas menores y sus padres.

-El caso más dramático lo expuso Juana Altagracia Taveras, 28 años, oriunda de San Francisco de Macorís. Es madre de cuatro niños, el mayor de doce años, todos procreados en medio del consumo. Por curiosidad se hizo adicta a inyectarse heroína tras observar la práctica de su compañero sentimental.

«Que lo último que piensen sea en usar drogas, que nunca lo hagan», recomendó la joven, quien contó que en momento que la droga le faltaba, vomitaba, no comía, sentía sensación de frío y calor y se irritaba fácilmente. Cuando la adición fue avanzando debía inyectarse cuatro dosis al día, a un promedio de RD$200 cada una.

Mientras que al joven Yary Méndez, de 32 años, graduado de publicidad y mercadeo, lo atrajo el consumo de la heroína. Tras vivir en Naco, ahora permanece desde hace once meses en un centro de Crea en busca de su rehabilitación.

-Valentina Severino es chilena. Vino hace nueve meses al país tras cerrar el único centro femenino que operaba en Chile. Cuenta con 20 años y vio frustrado sus dos años de carrera de literatura hispanoamericana.