Hoja de ruta de Danilo

Hoja de ruta de Danilo

El candidato del PLD a la presidencia de la República en las elecciones de mayo 20-l2, Danilo Medina, necesariamente debe y tiene que trillar una Hoja de Ruta correcta que lo conduzca al poder.

Esa Hoja de Ruta obligatoriamente debe y tiene que despejar las suspicacias inherentes a todo candidato al poder, ya sea en el caso del contendor de Danilo Medina, Hipólito Mejía, por el PRD, que ejerció el poder y todos sabemos a qué atenernos por la forma calamitosa como lo hizo, o en el caso de Danilo, sin experiencia en el manejo del Estado.

Es incorrecto el aserto de Danilo Medina vertido en SJM el 30 de octubre último en el sentido de que Hipólito está consciente de que no tiene oportunidad de vencerlo en el certamen cívico, no solamente apelando al decir cibaeño de que nadie sabe quién es el muerto hasta la hora del sepelio, sino que Danilo tiene que conformar una campaña electoral en base a las ofertas fundidas en expectativas que este pueblo se ha forjado en metas para su modo de vivir más sustancioso que el presente.

Danilo Medina está constreñido no a descalificar a priori al candidato a vencer, sino más bien a ofertar su programa de gobierno, sin incurrir en comparaciones de lo que hizo su contrario, centrarse en exponer todo cuanto pretende cristalizar como oferta y opción para merecer el voto mayoritario que lo catapulte al poder. El discurso deletéreo que enrede a Danilo en los enfrentamientos estériles que irritan y desencantan a las muchedumbres, es la trampa en la cual Danilo debe intuir que no debe caer.

Diseñar su valija de ofertas, transitar su propio camino, haciendo camino al andar, convenciendo cada vez espacios más anchos para engrosar su mochila de votos, debe y tiene que ser la rosa náutica de Danilo que lo conduzca al puerto anhelado del poder.

Sujetar al toro de la decisión popular con ofertas genuinas, evadir el triunfalismo y descartar la minimización de su contendor, forjar un temario convincente y claro, y gardear muy pegado las emociones de los irredentos, para que éstos le reditúen el respaldo necesario a su proyecto político.

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