NUREMBERG (AFP).- El delantero holandés Dirk Kuyt, que podría aprovecharse del persistente mal estado de Ruud van Nistelrooy para asentarse como delantero centro del once naranja, ya sueña con ser el verdugo de Portugal hoy en Nuremberg, en octavos de final del Mundial de fútbol.

Desde hace unos días aumentan las opciones de que el jugador del Feyenoord Rotterdam empiece como titular contra los portugueses.

El jueves, el seleccionador Marco van Basten manifestó abiertamente su descontento tras la decepcionante actuación de Van Nistelrooy, que marcó un solo gol en tres partidos poco acertados, hasta el punto de considerar que «sin duda sería preferible relegar a Ruud al banco».

Kuyt confiesa «estar listo» para sustituir al goleador del Manchester United. «Si tengo ocasión de jugar, intentaré convertirme en la primera elección en punta», declaró Kuyt antes de la Copa del Mundo.

El jugador de 26 años es poco conocido a nivel internacional. Lógico: no debutó en la selección hasta el 9 de septiembre de 2004 contra Lichtenstein, cuando Marco van Basten acababa de tomar las riendas del equipo tras su eliminación en semifinales de la Eurocopa-2004… precisamente contra Portugal.

Kuyt, descubierto en el FC Utrecht en el que jugó de 1998 a 2003, se reveló verdaderamente estas últimas temporadas con la camiseta del Feyenoord, marcando 91 goles en 135 partidos de liga de 2003 a 2006.

El rubio jugador se desmarca claramente del estilo elegante de Van Basten. Dinámico, rápido, tenaz, Kuyt compensa sus evidentes lagunas técnicas con un esfuerzo físico incesante.

Sus potentes disparos y su juego de cabeza lograron seducir a Van Basten, que confiesa «apreciar su sentido del sacrificio».

Y es que si en su club Kuyt siempre ha jugado en punta, con la camiseta naranja suele ocuparse de las bandas. Titular por la derecha durante las eliminatorias, perdió su plaza en el once por Robin van Persie, que llegó en forma en el momento justo, poco antes de comenzar el Mundial.

Kuyt aceptó sin rechistar sentarse en el banquillo contra Serbia y Montenegro y contra Costa de Marfil, antes de jugar como extremo izquierdo contra Argentina, sustituyendo a Arjen Robben, que descansa.

‘Dirkie’ podría vengarse ahora en su puesto predilecto. «Es verdad, sueño con marcar un gol en Copa del Mundo y demostrar mi valía», confesó.

Una buena actuación podría aumentar su cotización en esta pretemporada europea.

Ya se le relaciona con el FC Barcelona (el entrenador holandés Franck Rijkaard le tiene en alta estima), con el París Saint-Germain, con el Newcastle y sobre todo con el Liverpool, cuyo técnico Rafael Benítez quiere que sea el sucesor del francés Djibril Cissé, que se marcha al Marsella.

«Varios grandes clubes están interesados en mí», admitió el miércoles pasado. «Me tienta Inglaterra. Veremos. Mi prioridad ahora es el Mundial».

Y el partido contra Portugal, del que espera convertirse en verdugo para zaparse del disfraz de antihéroe y revelarse en todo su esplendor.