París, Francia. El presidente francés, François Hollande, consideró hoy que la crisis del cambio climático es resultado de “una crisis de civilización que no dice su nombre”, y urgió a un acuerdo en la cumbre de diciembre ante los desafíos que plantea “para la seguridad y la paz en el mundo».
“La crisis climática y, más generalmente, la crisis ecológica es una crisis de sentido” cuya “causa profunda” está en “un modo de vida, un modo de producción, un modo de consumo que ya no es compatible con el desarrollo humano”, señaló Hollande en el discurso de apertura de la llamada “Cumbre de Conciencias”, organizada hoy en París.
Ante representantes de diferentes religiones y movimientos filosóficos convocados con vistas a la preparación de la cumbre sobre el cambio climático en diciembre en la capital francesa, señaló que “hay que volver a pensar completamente la relación con el planeta” e hizo notar que “hay un vínculo estrecho entre el respeto de la naturaleza y la defensa de la cultura».
Y alertó- “Si no hacemos nada, la Tierra se calentará a un nivel y con una intensidad que será difícil vivir en nuestro mundo, habrá una sucesión de catástrofes- ciclones, desertificaciones” y proliferarán los “refugiados climáticos».
Recordó que, sobre la base de los estudios científicos, el objetivo es limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados centígrados.
“Si no hacemos nada, el indicador será cuatro grados” e incluso con “el acuerdo que se entrevé”, el planeta se queda “todavía por encima de los dos grados, sin duda en tres grados”, añadió sin dar detalles del estado de la negociación.
Hollande admitió que “un acuerdo sobre el clima significa renunciar a un 80 por ciento de energías fósiles fácilmente accesibles”, es decir, una renuncia pero también “una oportunidad” si las energías renovables “pasan a ser la norma y no la excepción».
“Estamos en riesgo de conflicto con nosotros mismos. Por eso, -argumentó- tenemos que hacer emerger reglas para el planeta, ésa es la razón de la conferencia de París” de diciembre.
Según su análisis, “es hora de dar sentido al progreso” porque “cuando el progreso no tiene sentido, el miedo lo invade todo, y el miedo es la madre de todos los fundamentalismos».
En la apertura de esta “Cumbre de las Conciencias” también intervinieron, entre otros, el presidente de Irlanda, Michael Higgins, y el príncipe Alberto de Mónaco.