Carolina Moneró, la joven de 21 años baleada por su esposo, era maltratada constantemente y pese a que estudia derecho y trabajaba en un oficina de abogados, nunca presentó denuncia a las autoridades.
Se encuentra estable en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Rodríguez Santos, donde se recupera de los tres disparos y la herida en la cabeza que le propinara Johnatan de Jesús Mejía, quien a su vez está en el hospital Darío Contreras, ya que sufrió lesiones al tirarse de un cuarto piso, luego de herir mortalmente a Moneró.
Ayer se supo que el estado de Mejía no es de gravedad. Ana Argentina Mejía, tía de la víctima, declaró que Mejía es un hombre muy celoso y que mantenía en zozobra a su sobrina.
Relató que la pareja, que tiene una niña de dos años, hacía una semana que se había reconciliado, luego de permanecer separados durante un mes.
En tanto que Carlos Moneró, padre de Carolina Moneró, admitió que su yerno tenía problemas de celos y que en otras ocasiones había maltratado a su hija, por lo cual ella se había alejado de su compañero.
Dijo que su yerno había visitado a psicólogos y empezó a buscar ayuda en la iglesia, pero de manera inesperada el pasado martes fue poseído y actuó contra su hija.
Agregó que era visible la situación de deterioro del matrimonio, por lo que él como padre había advertido que esa relación terminaría mal. La pareja vivía en la calle Bartolomé Colón número 82, de Villa Consuelo, a donde se había mudado recientemente.
Depuración La pistola que utilizó Mejía para herir a Moneró era propiedad del Banco Central, donde labora como policía.
Según versiones el hombre engañó a un compañero de labores para quedarse con el arma.
Familiares de Moneró deploraron como una institución puede tener una persona con trastornos emociones empleada en el área de seguridad.