Hombre muere quemado con ex novia porque se negó a reconciliarse

Hombre muere quemado con ex novia porque se negó a reconciliarse

Cuando Miguelina Pacheco despertó a las 7:00 de la mañana de ayer jamás pensó que  su ex novio Edwin Figueroa atentaría de manera mortal contra la vida de ambos.

Cuando Miguelina Pacheco despertó a las 7:00 de la mañana de ayer jamás pensó que estaba viendo el último día de su vida. Cómo imaginar que su exnovio Edwin Figueroa, despechado porque  se rehusaba a reconciliarse, había resuelto entrar a su habitación, rociarla y rociarse con gasolina y prenderse fuego.

Así terminó la vida de estos jóvenes, a pesar de que nadie podía imaginar  que Edwin  pudiese cometer un hecho violento. Tenía 35 años. Ella 24.

El hecho  ocurrió en el apartamento B-12 del  residencial Los Jardines de La Isabela, en Herrera, Santo Domingo Oeste, donde vivía la muchacha  con sus padres.

Una sorpresa. Edwin Figueroa y Miguelina Pacheco murieron por asfixia y quemaduras en 100 por ciento de sus cuerpos, según informó la doctora Agueda Félix, médico legista que  levantó  los cadáveres.

 Vecinos dijeron que el hecho se produjo alrededor de las 7:30 de la mañana.

Edwin, quien según dijeron los vecinos acostumbraba a visitar a Miguelina, a pesar de estar separados, se presentó ayer en el apartamento y aprovechó un descuido de los padres de ella para meterse en su habitación, donde  tras ponerle seguro a la puerta provocó el incendio que terminó con sus vidas.

Al percatarse de lo que sucedía, Miguel Pacheco, padre de la joven, trató de abrir la puerta, resultando con quemaduras en el rostro. Por desgracia para  todos,  ya era demasiado tarde para hacer algo.

Vilma Castillo, esposa de un tío de Miguelina, narró que la pareja tenía ocho años de noviazgo y ella había decidido cortar la relaión hace pocos meses, pero Edwin no lo aceptaba.

Miguelina se había graduado en diciembre pasado de administración de empresas y laboraba como promotora de la cerveza Presidente.

En tanto el suicida-homicida residía en Las Caobas y era dueño de un puesto de venta de empanadas, según informaron allegados a la familia.

Las amigas de la víctima la describieron como una persona muy simpática y amable, que “no se metía con nadie”.

 El dolor, el asombro y la impotencia se reflejaban en los rostros de los familiares  de Miguelina, quienes dijeron que jamás se imaginaron que Edwin pudiera cometer un hecho semejante. Y es que, según afirmaron, era un  muchacho reservado y tranquilo, a quien nunca  vieron reaccionar violentamente.

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