Antonio Gustavo de León, de 36 años, nunca imaginó que el dejar una vela encendida en su casa, de La Ciénaga, de la capital, provocaría un incendio que acabaría con su vida. El fuego se expandió hacia las 15 casas cercanas, que redujo a escombros.
El incendio se inició alrededor de las 4:00 de la madrugada de ayer, destruyendo todos los ajuares de las familias que se quedaron con lo que llevaban puesto.De acuerdo con los vecinos, De León, quien dejó a dos niños huérfanos, llegó a su casa a las dos de la madrugada, encendió una vela y se quedó dormido. Manuel Gerardo Lorenzo, presidente de la junta de vecinos, dijo que a pesar de que los bomberos y la comunidad apagaron el fuego cargando agua del río, que les queda cerca, no pudieron salvarle la vida a su vecino. Indicó que Antonio vivía junto a otro hermano y a su padre, quienes no estaban en la vivienda.
Piden ayuda. En estos momentos los demás propietarios de las casas están con las manos en la cabeza albergados en la casa de sus familiares y de vecinos, porque están a la intemperie, no tienen nada, dijo Lorenzo. Hizo un llamado al presidente Danilo Medina para que los ayude, así como al director de los Comedores Económicos para que les envíe comida. Dijo que los afectados comieron algo por la solidaridad de los vecinos. En tanto, Mabel de la Cruz, una de las afectadas, explicó que solo le dio tiempo para sacar a su hijos, ya que el incendio quemó las casas en minutos.