Iba con ella agarrada de la mano, entonces me pasó una vaina por la cabeza como que la matara. Cogí un palo y le tiré de repente por la cabeza y la dejé ahí mismo. Este fue el frío testimonio de Manuel Antonio Paulino, sobre su decisión de matar a su pareja, quien era menor de edad y embarazada de mellizos.
Narró ayer con lujo de detalles, y sin aparente remordimiento, la forma atroz como mató a María de los Angeles Estévez, de 15 años con la que estaba en un cementerio. No dijo qué hacían allí.
Aprovechó que caminaban en la noche. Dijo que obedeció una voz que le habló y que a la joven no le dio tiempo a decirle nada. Ante la frialdad con que el hombre de 24 años contaba el horrendo crimen del 8 de abril, ocurrida en el cementerio Cristo Redentor, la jueza del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, Claribel Nivar Arias, dispuso que se le practique una evaluación sicológica.
El defensor pidió que se conozca el estado de salud mental del imputado. El tribunal aplazó la audiencia para el 2 de noviembre.
En tanto, los familiares de la víctima solicitan que sea enviado a juicio de fondo y sentenciado a la pena máxima. Ruthmery Estévez y Altagracia Santos, familia de la joven, claman para que se castigue al hombre que terminó con la vida de tres personas.