Homenaje al Super Sánchez

Homenaje al Super Sánchez

VÍCTOR GULÍAS
Félix Sánchez es un héroe deportivo, ejemplo para la juventud y un dominicano de corazón, pues a pesar de haber nacido en los Estados Unidos, eligió competir en atletismo portando la bandera tricolor dominicana, la tierra de sus padres.

El solo hecho de llevar en su pecho el nombre del país, el amor con que se cubre con nuestra enseña cada vez que conquista un nuevo éxito en las difíciles carreras de los 400 metros con vallas, lo eleva a la gloria y lo hace merecedor del unánime reconocimiento y el total homenaje, máxime con el Oro Olímpico, dedicado a nuestro pueblo.

Tuve el honor de conocerlo y en varias oportunidades he compartido con él, pues como parte de ese merecido homenaje, le he coleccionado todos los recortes de prensa y finalmente encuadernados, los he convertido ya en nueve volúmenes, que les voy entregando en sus manos cada vez que viene al país.

Es mi forma de decirle al Súper-Sánchez que lo queremos, lo admiramos, lo respetamos, valoramos su aporte, agradecemos su entrega al deporte y su amor al país y que como dominicanos que somos, nos sentimos orgullosos y al mismo tiempo agradecidos de todo corazón.

Por sus elevados merecimientos como campeón de atletismo, con más de 40 victorias consecutivas acumuladas desde el año 2001, como campeón Panamericano, dos veces campeón mundial y poseedor del histórico e inmortal Oro Olímpico, Félix Sánchez es merecedor de cuanto reconocimiento podamos brindarle pues, honrándolo estamos honrando el país.

Declarado Héroe Deportivo Nacional por nuestro Congreso, cursa un proyecto de ley para darle su nombre al campo de atletismo del Centro Olímpico, lo cual cuenta con general simpatía y, como ya sugerí por este mismo medio hace varios meses, el Presidente de la República debe condecorarlo con la máxima Orden del Estado Dominicano.

El Super Sánchez es digno ejemplo de trabajo arduo que corona el éxito, de moralidad y corrección, de lucha por elevados objetivos, de amor al país, de nacionalismo y el hecho de que nos representa, nos lleva a gritar, a todo pulmón, ¡Gracias Campeón, Felicidades y que Dios te bendiga por siempre!

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