Homofobia dominicana

Homofobia dominicana

Mientras algunos países avanzan en la disposición de la población y los gobiernos de aceptar que la homosexualidad es una condición humana natural, y es un derecho de las personas vivir en armonía con esa condición, en República Dominicana persisten la represión y las actitudes discriminatorias.

El mes de junio se conoce mundialmente como el mes del orgullo gay porque en 1969, en medio de la lucha por los derechos civiles de los negros, y el creciente movimiento de mujeres, un grupo de homosexuales decidió protestar por la represión policial en Nueva York.

El hecho lo documentó el New York Times como una novedad en varias reseñas periodísticas de aquella época. Pero el evento adquirió una connotación simbólica más allá del incidente, porque se convirtió en referente internacional para dar cabida a una lucha que desde entonces no ha cesado. El objetivo es que las sociedades acepten la condición homosexual que caracteriza un segmento de la población.

Las primeras barreras derribadas en las sociedades democráticas de América y Europa, se refieren al derecho a la libertad de expresión y organización. Por eso en muchos países se realizan marchas o actividades culturales que resaltan el orgullo gay. En otros países de corte represivo como Irán y Arabia Saudita, la homosexualidad se condena hasta con la pena de muerte.

Vale aclarar que la palabra “gay” del inglés, se ha incorporado a otros idiomas por su carácter sencillo e inclusivo de la homosexualidad masculina y femenina, y los actos que se celebran en el mes de junio se denominan de orgullo gay por una sencilla razón. Desde la década de 1960, cuando irrumpieron los nuevos movimientos sociales basados en la identidad personal, los grupos excluidos y discriminados han buscado resaltar el orgullo de su condición humana para poder salir a flote con dignidad, y, a pesar de los latigazos físicos o sicológicos, coexistir con la población que los discrimina. Por eso, ser negro se convirtió en fuente de orgullo en la lucha por los derechos raciales que impulsaron figuras como Martin Luther King.

Durante la última década, las organizaciones gay de la República Dominicana han intentado celebrar eventos públicos, en parte para socializar la población sobre los derechos de esa comunidad. Pero con frecuencia, esos eventos son impedidos de antemano por el gobierno, o paralizados por la policía que se apersona a los lugares antes de iniciarse los actos o durante su realización. El pasado domingo 27 de junio, la caravana del orgullo gay se realizó en Santo Domingo, pero al final, la Policía se violentó con algunos participantes.

Que la caravana se haya realizado es positivo; que todavía se produzcan incidentes es lamentable.

En una democracia, el Estado tiene la responsabilidad de proteger los derechos de las minorías, sean estas políticas, religiosas, raciales, étnicas o de orientación sexual. Si no lo hace, no hay un verdadero estado de derecho; y además, el cambio de actitudes en la población se hace más difícil.

La combinación de actitudes homofóbicas y la represión que se evidencian en la República Dominicana cuando los grupos gay realizan actividades públicas o se recrean en algunos lugares, crea una situación violatoria a los derechos democráticos en el país.

Cada persona tiene derecho a estar de acuerdo o no con la homosexualidad. A lo que nadie tiene derecho es a maltratar física o verbalmente una persona por ser homosexual. El respeto a la diferencia es pilar de la democracia, y el sistema tiene que garantizar derechos para todos, sea la mayoría o una minoría.

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