Aparte de los condicionantes biológicos, psicológicos y socioculturales en su relación con la homosexualidad; y aún sus consecuencias de tipo moral, es necesario detenernos en el solo análisis del potencial disruptivo que puede tener la conducta homosexual sobre una sociedad como la dominicana, esto es, en el aspecto sociológico del asunto solamente.
Lo primero a considerar es que una sociedad funciona en base a intereses comunes, a la capacidad de los ciudadanos de cooperar entre sí y de predecirse mutuamente, esto es, saber qué esperar y no esperar unos de los otros. Por eso es tan vital la comunicación aunque sea por señas. Si en algo fundamental supera la sociedad humana a las de otros mamíferos es en lo que respecta a organización de la unidad familiar y la reglamentación de la procreación y la crianza. Otros mamíferos superiores tienen problemas fundamentales, por ejemplo, como el de cómo satisfacer sus necesidades sexuales los machos no alfas obligados a abandonar la manada. Los machos viven en lucha permanente, tanto por el liderato como por el privilegio de aparearse con todas las hembras. Los humanos posponen la satisfacción sexual mediante el desarrollo de un complejo aprendizaje para manejar esos impulsos. Y crean una serie de valores y normas y arreglos institucionales o culturales que permiten funcionar la sociedad como un todo sin demasiados tropiezos.
Una cultura y una sociedad son estructuras complejas que, sin embargo, pueden ser malamente afectadas por una sola norma que se elimine. El poeta Pedro Mir previó la caída del sistema trujillista cuando mataron a las hermanas Mirabal. Dijo: “Hay pirámides y templos que no resisten la muerte de ciertas mariposas”. Es fundamentalmente por eso que los religiosos suelen expresar gran temor ante la modificación de leyes sobre el aborto. Pareciera que eso no quieren entenderlo los ideólogos del posmodernismo y la globalización. Hay muchos patrones de conducta deseables que una sociedad puede y debe adquirir de otras más evolucionadas y complejas. Pero hay conductas disruptivas que pueden producir grandes males, y que antes de tratar de adoptarlas deben ser cuidadosamente examinadas y probadas bajo situaciones controladas. La homosexualidad, antes de ser promovida y declarada como un patrón de conducta saludable o deseable para un país como el nuestro, debe pasar por escrutinios de especialistas, academias y casas de estudio.
Emilio Durheim, uno de los fundadores del método y las reglas del análisis sociológico, describió la anomia como la ausencia de normas claras y específicas respecto a situaciones concretas, asimismo, para la sociedad en general. Robert Merton describió la manera de cómo en determinadas estructuras sociales se crean disfunciones y disrupciones cuando se afectan o se abandonan determinados valores y normas. Siempre será muy riesgoso que en una sociedad se cambien o se abandonan determinados conceptos y valores acerca de la maternidad, el matrimonio, la relación sexual; o sobre la propiedad privada y los negocios, o cualesquiera otras normas sobre las relaciones interpersonales.
La nación dominicana, en vez de permanecer a la defensiva, debe actuar responsable y proactivamente respecto de estos asuntos.