Honduras vive bajo la amenaza de convulsión social por la indefinición en el resultado de los comicios del 26 de noviembre, en sospechas de un fraude para favorecer la reelección del presidente Juan Orlando Hernández, opinaron analistas.
Aunque las protestas nocturnas en los barrios han perdido intensidad al prolongarse la incertidumbre, analistas creen que siguen latentes. Simpatizantes de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, que postuló como candidato presidencial al presentador de televisión Salvador Nasralla, de 64 años, se declaran listos para tomar calles para denunciar posible fraude electoral.

«Si el Tribunal declara al presidente ganador, va a haber un rechazo, más protestas en las calles y, como consecuencia, mayor represión, mayor violencia», vaticinó Marco Tinoco profesor de sociología de la Universidad Nacional.
Han pasado más de dos semanas desde el 27 de noviembre, cuando el TSE dio en el primer informe de resultados con ventaja de 5 puntos para Nasralla, con 57% de votos escrutados. Sorpresivamente el sistema de transmisión de los resultados se detuvo en forma intermitente los días siguientes y los resultados variaron, hasta que emergió como virtual ganador el presidente Hernández, candidato a la reelección del Partido Nacional (derecha).
El TSE anunció ayer que un técnico argentino de la Organización de Estados Americanos (OEA) inició junto a técnicos del tribunal una evaluación del sistema de cómputo, ante las críticas de la oposición. Entre tanto, Nasralla anunció que entregó a los observadores de la OEA y la Unión Europea supuestas pruebas del fraude, incluyendo copias 80% de las actas electorales.