Hongos en tiempos de piscina, ¿Cómo evitarlos?

Hongos en tiempos de piscina, ¿Cómo evitarlos?

Huyendo del calor de la playa y del frío del río usted podría elegir como balneario, en estos tiempos  en que se empieza a vacacionar y que se acerca Semana Santa, una piscina.

Esta es una decisión válida, sin embargo, podría ser  peligrosa si consideramos que las piscinas tienden a ser portadoras de hongos y bacterias.

Pero no se preocupe, no hay por qué desbaratar el viaje. A continuación ¡Vivir! les explica la causa de estos hongos y comparte con ustedes  prácticos y sencillos consejos para evitar los hongos en las piscinas.

Factores de riesgos

Contribuyen al desarrollo de infecciones en piscinas los siguientes factores:

1. Número excesivo de bañistas: aportan materia orgánica y microorganismos. La materia orgánica además de consumir una parte importante de desinfectante es empleada como nutriente por los microorganismos.

2. La temperatura.  La temperatura elevada del agua facilita el desarrollo de microorganismos

3.  Los desinfectantes.  Niveles de desinfectante bajos o ausentes.

4.  Las superficies.  Aquellas que no son lisas y son de difícil limpieza y fácil acumulo de suciedad pueden agredir la piel mojada y blanda, lo que favorece la penetración de  microorganismos.

5. La salud.  Un estado inmunitario deficiente del bañista: que favorezca la aparición de la enfermedad.

Para prevenir la aparición de hongos usted debe: 

1.  Conviene calzarse unas chanclas o zapatillas de goma para pisar sobre los lugares húmedos.

2.   Una ducha antes y después de bañarse en una piscina ayuda a eliminar gran parte del cargamento de gérmenes que todos portamos.

3.   Hay que procurar secarse bien después de un baño, poniendo especial cuidado en los espacios interdigitales de los pies y en los pliegues de la piel.

4. Vigilar el exceso de sudoración. Este es otro de los factores que contribuyen a la   de esta afección.

5.  El cloro evita la proliferación de microorganismos en el agua.

¿Tengo yo un hongo?

Muchas personas son portadoras de hongos y no lo saben ni los desarrollan hasta que encuentran el ambiente propicio. Suelen hallarse entre el cuarto y quinto dedo del pie (el pequeño y el contiguo), donde es frecuente que haya algo de descamación y grietas. Cuando se dan las condiciones apropiadas puede sobrevenir una infección con aparición de sintomatología a partir de los hongos existentes previamente. Si se produce picor, enrojecimiento o maceración (ablandamiento de la zona) habrá que acudir al especialista.

¿Quiénes corren el mayor riesgo? 

Los niños, porque andan más tiempo descalzos y se secan peor los pies, y las personas jóvenes y de edad mediana, porque frecuentan más las instalaciones deportivas en las que abundan estos microorganismos y utilizan con más frecuencia calzados oclusivos.

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