“Fue una0 persona extremadamente altruista, ofreció ayuda a huérfanos, ancianos, pobres, y sobre todo a su familia que se fue completa del país durante la dictadura de Trujillo, ella se quedó sola y los apoyaba desde aquí”.
Después, Belkyss Adrover de Cibrán también se marchó al exilio, asfixiada por la arbitrariedad del régimen, viendo coartadas sus inquietudes de crear y expresarse pues era artista de gran sensibilidad, escritora, maestra, gestora cultural, historiadora, crítica y curadora de arte, fotógrafa, escultora, pintora, ensayista…
“No se declaró abiertamente antitrujillista, pero se fue en 1948”, comenta Ilonka Nacidit Perdomo, a quien le han sido entregados en custodia los archivos de la intelectual, cuidadosamente guardados en un baúl de cedro en la sala donde vivió sus últimos años, en la calle Padre Billini, detrás del cementerio de la avenida Independencia, desde cuyo balcón veía todas las esculturas de Abelardo «que han sido saqueadas”.
Belkiss es la autora de “Abelardo Rodríguez Urdaneta: su vida, su obra y sus maestros”, entre otros libros.
La oposición a la dictadura de la versátil pensadora, gran amiga de Juan Bosch, está implícita en su libro “Renacer”, al justificar su salida, “cansada de esperar amaneceres duartianos que me brindaran auroras libertarias donde mi palabra sana, libre de escorias partidistas se dejase oír en todos los rincones de mi Patria”.
Belkiss Adrover de Cibrán ha recibido el primer reconocimiento de los dominicanos al designar una calle con su nombre.
A pesar de su activismo cultural en la Agrupación Cultura Ábside, en Pro Cultura o en el Ateneo Dominicano, de sus múltiples exposiciones en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en estudios, museos y galerías locales e internacionales, de sus intervenciones en HIZ, su docencia, sus publicaciones, la dama no es recordada, aunque siempre venía de vacaciones y pese a que volvió para quedarse en 1981.
“No tuvo hijos, pasó 35 años en el extranjero”, explica Ilonka como causas del olvido. “Fue lo más doloroso en su vida, pues anhelaba tener hijos, no por eso dejó de volcarse a servir a la humanidad, a estudiar en Europa, a deleitarse recorriendo museos para poder tener como un punto de enganche con la vida”, comenta.
Añade que Belkiss tuvo una hija de crianza, Amarilys Santos Espinal, “que la acompañó en sus últimos años” y fue la que preservó el baúl antiguo que dejó sellado. Amarilys fue depositaria de la llave. Contiene fotos, manuscritos, álbumes, recortes de prensa y libros desconocidos. Nacidit es la coordinadora de la exposición con los “Archivos fotográficos inéditos” de Adrover de Cibrán, comprendidos entre 1948-1973, que se exhibirán en el Museo Bellapart el ocho de noviembre.
Mujer de primacías. Belkiss nació el 14 de abril de 1918 en Baní, hija de Frank Adrover Mercadall, “primer fotógrafo español que estuvo en Santo Domingo en el siglo XIX”, pintor y modelador, y de Edelmira Féliz. Américo Lugo y su esposa Dolores fueron sus padrinos. Allí pasó sus tres primeros años de vida. Luego la familia pasó a Santo Domingo. La joven concluyó sus estudios primarios elementales en el colegio Santa Teresita. En octavo curso escribió un poema a Juan Pablo Duarte.
Estudió teoría y solfeo en el Liceo Musical; obtuvo diploma de Maestra Normal en la Escuela Normal de Señoritas y después se especializó en el Método Ideo-Visual de la Enseñanza de Lectura y Escritura con el educador chileno Oscar Bustos.
A los 18 años fue docente de dibujo en las escuelas República de Chile y República de Argentina. En el ínterin escribió su “Cuaderno de poemas”, ilustrado por ella. Inédito.
En septiembre de 1939 contrajo matrimonio con el emigrante español José Andrés Cibrán Cibrán, quien había llegado a Santo domingo a los 17 años.
Tomó parte, coordinó o dirigió prácticamente todas las actividades artísticas, escolares y culturales de su tiempo en el país. Fue maestra de cursillos de capacitación, concurrió a exposiciones pictóricas como alumna y como artista consagrada pues en 1946 se graduó en la Escuela Nacional de Bellas Artes recibiendo enseñanza de Manolo Pascual, Celeste Woss y Gil, José Gausachs, George Hausdorf, José Vela Zanetti, Ernesto Lothar, José A. Frómeta. Allí fue profesora de dibujo.
Recorrió varios pueblos del país pintando sus paisajes. De su labor como escultura son “Cabeza de indio taíno” y “Maternidad”, y entre sus cuadros se encuentran los titulados Porvenir, La cañada de los gatos, Por el Ozama, Palmas en Jarabacoa…
En 1948 emigró junto a su esposo a La Coruña donde se integró a la vida cultural y artística de sus moradores. Viajó por estudios y por placer por Europa y Estados Unidos. Sus trabajos y maestros fueron de tal trascendencia que la entrevistaban periódicos y revistas influyentes de cada país visitado.
En 1963 la artista vino a Santo Domingo “con el patriótico propósito de compartir el regocijo nacional” por la juramentación del presidente Juan Bosch. Ella y su esposo dejaron como aporte cien pesos para la Reforma Agraria.
Después escribió a Bosch desde La Coruña lamentando su derrocamiento y remitiéndole recortes de prensa denunciando el acontecimiento. Bosch le envió una misiva desde Puerto Rico: “Supongo, Belkiss, que le dijiste a José que pregunté por él cuando estuviste en casa; supongo que le contaste lo muy distinta que estaba la República. Pero ahora ya no está distinta. Hay muchos muertos, presos, desterrados, escondidos; tal parece que nuestro destino es empezar siempre y no acabar nunca”.
Belkiss, considerada “primera escultora dominicana”, “segunda fotógrafa, después de Oliva Viforcos de Ferreira” y pionera “de la primera monografía escrita en la República Dominicana en torno a la vida y obra de un artista visual”, no se detuvo cuando volvió a su tierra. Escribía, dictaba conferencias, fotografiaba, pintaba, esculpía, enseñaba… Murió el siete de marzo de 1995, dejando “una amplia bibliografía sin publicar de estudios de investigación en torno a escultura y crítica de Arte”.