Por todos los méritos de su fecunda trayectoria como poeta, autor de teatro, ensayista y crítico con más de treinta obras publicadas, el escritor León David fue declarado ganador del Premio Nacional de Literatura 2020 a unanimidad del jurado. Se tratade la distinción anual concedida conjuntamente por la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura. El galardón arriba a sus treinta años de fructífera existencia. Juan José Jimenes Sabater -su identidad original- llega al lugar que le corresponde en la galería considerablemente nutrida ya de grandes autores por sus aportes en diferentes géneros al acervo de creación literaria de nuestra nación.

Como instrumento de exaltación y estímulo a la creatividad literaria, este premio de auspicio privado y de Estado retribuye y expresa agradecimiento a sus elegidos en nombre de la sociedad dominicana. Los poemas, prosas, ensayos y textos filosóficos de León David configuran una extensa producción que ha sido objeto de anteriores reconocimientos por su notable valor para la historia de las letras dominicanas. De incansable dedicación hizo brillar meses atrás la puesta en circulación del tomo VII de su «Obras y autores extranjeros». Su presencia de toda una vida en ámbitos creativos lo hacen acreedor de los laureles que con solemnidad y regocijo recibirá el próximo 25 de febrero, mes de una patria agradecida. Una cita más para honrar el talento y la dedicación.

Superar el medioevo

La humanización de las cárceles es camino obligado y cuando el Estado invierte en ello va en la dirección correcta para superar la deshonra implícita en el trato brutal a los ciudadanos privados de libertad que en nada augura propósitos de enmienda ni conduce a regeneraciones. Barbaridades como la que llegó a constituir una inmunda prisión en San Luis, Santo Domingo Este, deberían desaparecer por completo del territorio nacional. Sustituirlas, como ocurre, por recintos decentes, es valioso aporte. La bestialidad penitenciaria sobrevive como método destructivo de venganza, aun como respuesta a culpas que horrorizan; castigables, pero desde extremos injustos sobre seres que no pierden todos sus derechos por estar entre rejas. Reducidos en su movimiento para protección de la sociedad a la que volverían si, reformados, saldan deudas con ella.