“Yo estaba en ese negocio desde los 13 años que me fui de mi casa porque me daban muchos golpes, me maltrataban. Ese hombre llegó al negocio… Le pagó a la dueña del negocio para que dejara que me llevara con él, me honró. Nos casamos, yo tenía 15 años y él tenía 29 años. Hace unos años que murió y nunca he visto a ningún otro hombre”.
Esta cita la extraemos del estudio “Trata Interna de niños, niñas y adolescentes en la República Dominicana” que realizamos para OBMICA/AECID, publicado el pasado mes de marzo.
“La compra en matrimonio a trabajadoras sexuales se presenta como un fenómeno muy antiguo. Muchas mujeres que están hoy con parejas fijas “casadas” fueron “honradas” pero se niegan a reconocerlo. El término de “honrado” tiene que ver con el estigma hacia la trabajadora sexual, considerada como una mujer “sin honra”, “sin honor”. Cuando el hombre paga al negocio por la mujer ella cambia de estatus…”. (IBIDEM)
“Algunas de las mujeres entrevistadas vivieron la doble trata. Huyen de sus casas para entrar a condiciones de explotación sexual y luego son honradas por un hombre. Los “maridos” siguen reproduciendo las condiciones de “secuestro” y “esclavitud” que vivían cuando estaban en los negocios. No las dejan salir ni trabajar, todo un sistema de control-secuestro de sus vidas cargado muchas veces de maltrato”. (IBIDEM)
El uso del matrimonio como mecanismo de esclavización de las adolescentes y mujeres es el denominado “Matrimonio Servil”, una de las reconocidas modalidades de Trata por la ley 137-03. En el estudio se muestran dos matices de Matrimonio Servil, “Matrimonio Honrado” citado anteriormente y matrimonio forzado- entrega en matrimonio a adolescentes por su familia en condición de “venta” (con beneficios familiares). Encontramos casos de mujeres que en su adolescencia fueron vendidas a hombres adultos por familiares y adolescentes abusadas sexualmente a las que su familia las obliga a casarse con el agresor porque “ya son mujeres” y reciben beneficios económicos.
“Estas formas de matrimonio están sustentadas en representaciones de nuestra cultura popular, la niña o adolescente que tiene relaciones sexuales pierde su niñez-adolescencia, se convierte en mujer independientemente de su edad. Aun el sexo haya sido fruto de una violación sexual, el hombre o joven debe asumir la responsabilidad económica de ella porque “vivió” con ella”.(IBIDEM)
“Esta práctica de expulsión del hogar hacia la niña-adolescente que sea activa sexualmente es parte de la visión machista que niega los derechos sexuales y reproductivos al sexo femenino y establece la propiedad del hombre sobre la mujer o adolescente con quien tuvo sexo”. (IBIDEM)