Hoy los buenos dominicanos conmemoramos el 202 aniversario del nacimiento del Excelso y Unico Padre de la Patria dominicana Juan Pablo Duarte Díez, de padre español sefardita, Juan José Duarte, y madre seybana, Manuela Díez.

Aunque quien concibió primero la crisálida de una patria dominicana fue Ciriaco Ramírez, que se opuso al proyecto de reincorporar a España la parte Este de la Española entonces posesión de Francia en 1808, expresado en el Pacto de Bondillo acaudillado por el brigadier Juan Sánchez Ramírez, es Duarte quien gesta un movimiento coherente cuando organiza la conspiración para liberarnos del dominio haitiano (1822-1844) fundando en 1838 La Trinitaria, en la casa de Josefa Pérez de la Paz, doña Chepita, en la hoy calle Arzobispo Nouel frente a la iglesia del Carmen.

Doña Chepita Pérez fue la progenitora de Juan Isidro Pérez, quien conforme ilustra el historiador Orlando Inoa en su historia del Patricio Supremo, fue el único de los Trinitarios que no traicionó a su mentor.

Hoy, la figura emblemática y procera del Unico Padre de la Patria está en entredicho en la acepción de la soberanía, socavada por el permisivismo de los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Leonel Fernández y Danilo Medina, el primero por demorar ocho años en promulgar la Ley 285-04 que delinea la política migratoria del Estado dominicano, y el segundo por promulgar la Ley 169-14 para conceder la nacionalidad a haitianos nacidos en el país de padres sin documentación, y promulgar el decreto 327 el 17-01-14 que prohíbe expulsar haitianos ilegales.

Son actitudes indignas que deshonran y desarticulan peligrosamente la soberanía nacional, que el país debe reivindicar en las elecciones del 18-05-2016 y responder con vibración patriótica, los procederes proditorios de los modernos relevos de Buenaventura Báez.