Honrar en 2022 la unión de voluntades que fundó la República. El país está colocado en estos momentos en una agenda de debates que buscan conciliar intereses y posiciones partidarias para encauzar al Estado y a la sociedad por el mejor rumbo posible con leyes y pactos que expresen una conjunción monolítica de voluntades en nombre de los más altos valores nacionales.
Lograr que esta democracia se conserve firmemente a partir de consensos para la institucionalidad que sirvan de sostén a todas las disparidades, visiones y proyectos de gobernanza. Ser diferentes en puntos de vista pero no en ser dominicanos y querer lo mejor para esta casa común legada por los libertadores.
Detrás de toda gran causa, como la de fundar la República, heredera cultural y lingüísticamente de España pero separada definitivamente de Haití y luego del colonialismo europeo, estuvo un gran sentido de la dominicanidad y de pertenencia resoluta a ella.
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Las querellas intestinas y de tratarse como enemigos aun bajo una misma bandera, no minaron, en definitiva, el propósito central de seguir bien situados sobre un suelo propio de todos bajo unas mismas reglas y en constante esfuerzo por ceñirse a los ideales duartianos y trinitarios, con avances y retrocesos.
Logremos la fijación de límites a las ambiciones políticas y personales con sumisión a consignas que priorizan alcanzar el poder para ir entonces a la construcción de un orden social justo que conduzca a un mejor futuro para todos. La patria espera por nosotros.