Ayer día 14 se cumplieron 56 años de la irrupción por Constanza en 1959 de la primera expedición de la Raza Inmortal para liberarnos de la tiranía del generalísimo Trujillo que en ese año tenía 29 de subyugar las libertades públicas a sangre y plomo.

Las otras dos expediciones libertarias se produjeron cinco días después, el 19 por Maimón y Estero Hondo, provincia Puerto Plata, y los heroicos integrantes de la Raza Inmortal murieron en combate y la mayoría presos, torturados y asesinados en la sede de la entonces Aviación Militar Dominicana (AMD), por órdenes expresas del sanguinario y anormal Ramfis Trujillo, sin que valieran la mediación de su progenitor en esos hechos de sangre y crueldades.

La triple expedición libertadora fracasó en su objetivo militar, porque no era posible derrotar a las fuerzas armadas del tirano, inclusive la más poderosa del Caribe, pero su impacto psicológico, que modificó la estructura conceptual que la masiva propaganda de la tiranía influenciaba en el pensamiento nacional.

El Programa Mínimo del Movimiento de Liberación Dominicana, que así se denominaba el conjunto de expedicionarios que a sabiendas lo arriesgaban todo para concientizarnos en la misión de liquidar la tiranía, no lo han concretado ni honrado los gobiernos que sucedieron a aquella tiranía “sin ejemplos”, como la significó el presidente Juan Bosch, con la excepción de eliminar al déspota y lo alusivo a propulsar la democracia continental y ampliar las relaciones internacionales.

Ese programa trunco, incumplido, debemos empoderarnos todos en concretar, honrando a la Raza Inmortal, ante la amenaza terrible de la Raza Inmoral que asfixia al país, culpables los tres partidos que dominaron la fauna política vernácula post Trujillo.