Hora de decisiones

Hora de decisiones

Los obstáculos que han impedido la puesta en vigencia del Seguro Familiar de Salud (SFS), que es uno de los principales soportes del Sistema de Seguridad Social, se corresponden con una cultura de influencia que ha ejercido en este país un sector del empresariado.

Cuando las autoridades han desmontado un conjunto de argumentos sin base jurídica para obstaculizar este beneficio social, aparecen empresarios que sacan de la manga otras ideas para insistir en sus objetivos de distracción y postergación.

A pesar de que la Ley de Seguridad Social fue el resultado de un consenso y de que los sectores que la concibieron tenían cabal conocimiento de sus implicaciones y contenido, no ha cesado la oposición a la vigencia del SFS.

El empresariado no frunció el ceño cuando se puso en operación el sistema de pensiones. Esto se explica porque a muchos les sedujo la idea de que se podría tener acceso a esos fondos para financiar sus propios proyectos y empresas.

Por suerte para los trabajadores, la Superintendencia de Pensiones ha sabido resguardar con mucha firmeza esos recursos que, hasta donde se ha dicho, podrían ser invertidos en planes de viviendas de interés social.

Pero mientras persista la resistencia al SFS, los trabajadores y sus familias estarán privados de uno de los beneficios más importantes de la seguridad social.

El Gobierno, una vez más, apela al siempre útil recurso del diálogo para tratar de remover las trabas que impiden aplicar el SFS. Es un gesto de cortesía que habla muy bien de las actuales autoridades.

La esperanza es que una vez agotado el diálogo y si persiste la tozudez de quienes se oponen al seguro, el Gobierno haga valer sus poderes discrecionales para hacer valer lo que dispone la ley.

Globalización
La detección en Londres de unos planes terroristas para derribar al menos diez aviones comerciales en itinerario Gran Bretaña-Estados Unidos ha provocado un revuelo global.

En virtualmente todas partes del mundo se adoptaron de inmediato en los aeropuertos medidas de seguridad correspondientes a un alerta de categoría III.

No sólo se han globalizado la economía y el comercio, sino que también han adquirido esa dimensión los temores a los actos de terror.

El alerta provocó serios trastornos y retrasos en vuelos comerciales a nivel mundial.

Desde los atentados del 11 de septiembre del 2001, el pasajero de avión ha pasado a ser un elemento de sospecha. Cada vez son mayores las molestias y estrictas las restricciones para quienes utilizan los servicios de la aviación comercial. Efectos de la globalización de la inseguridad, sin duda alguna, inseguridad que proviene de luchar contra un “enemigo” que no se sabe dónde se encuentra, cuándo atacará, y qué demoledoras armas usará.

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