Hora de despejar toda confusión

Hora de despejar toda confusión

El propio presidente de la JCE ha dicho que ha habido confusión en los partidos políticos en cuanto a la forma de contar los votos el próximo domingo. Es válido decir que esa confusión ha invadido a más gente, como Participación Ciudadana, que expresó preocupación sobre el protocolo a seguir tras el cierre de la votación para la verificación de las boletas. Tildó el procedimiento de confuso. Inentendible, digamos.
Ha llegado el momento de arrojar luz sobre esto. A veces el presidente de la JCE parece coincidir con la oposición en cuanto al conteo manual de los votos en los tres niveles, pero en otras ocasiones parece tener postergada una decisión definitiva que sería emitida cuando el pleno se reúna para tratar la solicitud de todos los candidatos de la oposición. Esa reunión decisoria debería producirse en el más corto plazo posible.
Debemos llegar al 15 de mayo con motivos razonables para la confianza en la nitidez de la consulta, y para lograrlo es poco lo que hay que hacer. Sectores importantes y determinantes de la sociedad, como iglesias y empresarios, entre otros, han reafirmado su confianza en el proceso. También entidades y personalidades del exterior. Si solo se trata de confusiones y de que se ha dado motivo, involuntariamente, al escepticismo, que las partes cierren la brecha y provoquen la plena recuperación de la confianza.

Fantasma en un rincón del olvido

Un ambicioso proyecto de viviendas bajo fideicomiso va a empezar pronto… pero será después del 15, dicen sus entusiasmados promotores. ¿Es esto señal de que los inversionistas prefieren esperar resultados electorales para dar el OK final? Seguramente no. El país tiene muchos importantes objetivos hacia los cuales avanzar. Tiene creadas las bases para el desarrollo, y para, de ahora en adelante, aprovechar más, socialmente, los frutos del crecimiento para reducir desigualdades.
Al exponer sus diferencias, todos los sectores políticos y económicos reconocen al menos cuáles son las prioridades para esta nación. Y hacia allá avanza el país. Sigamos superando el síndrome de ver las elecciones como si representaran un riesgo mayúsculo para el destino nacional. No lo son, definitivamente.

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