Hora de vencer la resistencia

Hora de vencer la resistencia

La reforma de la Policía Nacional es una necesidad inaplazable. Por encima de cualquier resistencia, deben imponerse cambios que doten a la institución de las capacidades necesarias para ser certera en la imputación, y eliminar los errores que facilitan el descargo judicial de acusados reincidentes por inconsistencia de la investigación. Hay que cambiar los requisitos de reclutamiento y supervisión, para evitar que ingresen personas que luego deben ser despedidas de manera deshonrosa.

No es posible continuar anclados en un estilo policial fundamentalmente represivo, pero débil en el trabajo de inteligencia y la investigación. El uso excesivo o innecesario de la fuerza ha convertido en vicio las ejecuciones sumarias de personas que deben ser capturadas y sometidas a la Justicia. Es necesario que la Policía exhiba ante los ciudadanos una imagen confiable, que despierte la sensación de protección.

Todo cambio genera resistencia. Hay gente que se ha acomodado al viejo estilo de una Policía que nació con pecado de origen. Es hora de vencer esa resistencia y hacer valer nuevos esquemas basados en la capacitación y la eficiencia, en la idoneidad que debe adornar a la autoridad. Y hay que entender que es una grave tentación darle a un hombre autoridad, un arma y un salario irrisorio para que vaya a las calles a jugarse la vida.

El dengue nos tuerce el brazo

La incidencia del dengue ha tomado este año ribetes alarmantes, a juzgar porque a estas fechas el número de muertos, 40, supera en 11 el del mismo lapso del año pasado, a pesar de que esta vez se han registrado 847 casos probables menos que en 2014. El hecho de que la enfermedad esté causando tantos estragos parece asociado, por un lado a un relajamiento en la atención de los casos que llegan a los hospitales, y por otra parte a búsqueda tardía de asistencia médica de parte de personas con síntomas de la enfermedad.

La autoridad sanitaria tiene que activar sus recursos para detectar las causas de esta alta mortalidad por dengue, que amenaza con dejar pálidas las cifras del año pasado. Hay que insistir en la aplicación correcta de los protocolos y en orientar a la gente para que busque oportunamente asistencia médica.

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