Entre los escritores que han descollado con textos literarios sobre temas deportivos, el uruguayo Horacio Quiroga, maestro del cuento latinoamericano, ocupa un sitial especial destacándose por su genial relato “Juan Polti, half-back” que narra la tragedia de un joven futbolista miembro del equipo nacional; tras un comienzo deslumbrante, abruptamente pierde sus habilidades para hundirse en el fracaso, situación que no pudo soportar, optando por el suicidio ante la sorpresa de todos.
Su personaje a los veinte años apenas sabía escribir; había pisado la cancha de fútbol a los quince, en un ignorado Club de quinta categoría. Pero alguien del colectivo Nacional lo vio “cabeceador”, comunicándolo en seguida a su gente. El Nacional lo contrató, y Polti fue feliz.
“Llegar desde una portería de juzgado-agrega-a un ministerio, es cosa que razonablemente puede marear: pero dormirse forward de un club desconocido y despertar half-back (medio centro) de el Nacional, toca en lo delirante. Polti deliraba y pateaba”.
En medio de la gloria que lo circundaba, diría algo que un día no lejano sellaría su trágico destino: “El día que no me encuentre más en forma, me pego un tiro.”
Llegó el tiempo que Polti comenzó a decaer. Un año después, la comisión se decidió al fin a reemplazarlo por otro medio centro, una medida dura, reflexiona el autor, porque es algo que llega al corazón de un muchacho que durante cuatro años ha sido la gloria del colectivo.
Pese a la situación que afrontaba en el equipo, el jugador ahora en función de suplente salió un día contento de la casa de su novia, porque había logrado convencer a todos de que debía casarse el 3 del mes entrante, y no otro día. El 3 cumplía años ella. Se lo informó a los muchachos esa misma noche en el club hacia la media noche y después de confrontar el reloj en mano, la hora del último tranvía a la Unión, salió, apunta el autor.
Esa madrugada fue hallado el cuerpo del half-back acostado en la cancha, con el lado izquierdo del saco un poco levantado, y la mano derecha oculta bajo el saco. En la mano izquierda apretaba un papel, donde se leía: “Querido doctor y presidente del club, le recomiendo a mi vieja y a mi novia. Usted sabe, mi querido doctor, por qué hago esto. ¡Viva el Club Nacional!”
Varias décadas después se supo que el relato Juan Polti, half back de Horacio Quiroga, publicado por primera vez en la revista Atlántida, en Buenos Aires en 1918, fue inspirado sobre una real historia trágica de Abdón Porte, medio centro del Nacional de Montevideo, un jugador de 27 años, ídolo de los hinchas del Nacional. Había entrado en declive y se veía suplente de otro medio centro en la siguiente temporada. Tras la victoria de su equipo contra el Charley fue a festejar. A la mañana siguiente su cuerpo fue encontrado en el estadio junto al revolver con el que se había quitado la vida, con dos cartas. Una dirigida a sus seres amados, y la otra al equipo Nacional en el que le prodigaba su gran amor con un adiós para siempre. Es decir, que al Quiroga escribir su relato Juan Polti, half-back, había logrado combinar magistralmente la ficción con la realidad.
Aunque cultivó varios géneros entre ellos, la poesía, la novela y el teatro, sus mejores creaciones fueron en el cuento y el relato corto: El crimen del otro, Los Perseguidos, Los desterrados, Cuentos de amor de locura y de muerte. La mayoría de sus obras, según la crítica especializada, retrata aspectos trágicos y horrorosos de la vida y la naturaleza, siguiendo la línea de su admirado narrador Edgar A. Poe. Su propia vida, terminó como la de su personaje Juan Polti, cometiendo suicidio.