Cuando los ejecutivos de la franquicia de Atlanta Hawks dejaron marchar a los jugadores Joe Johnson y Josh Smith sabían con que propósito lo hacían, aunque fue un riesgo.

Y es que tenían en su mira al centro Al Horford, el cual, a su entender, sería el soporte para la reconstrucción del equipo junto a las adquisiciones del ala-pívot Paul Millsap y el alero DeMarre Carroll, procedentes de Utah Jazz.

Y no se equivocaron, ya que el dominicano se ha convertido en la piedra angular junto a las nuevas contrataciones del equipo ganador en la actualidad que tiene la Conferencia Este de la NBA.

Sumen que para comandar la nave, los Hawks contrataron un nuevo técnico. Se trató del asistente de Greg Popovich en los Spurs, Mike Budenholzer.

Pero lo cierto es que el impacto que ha tenido este año el saludable ala pívot dominicano de 28 años va mucho más allá de lo que se pensaba, ya que su capacidad para salirse de la zona pintada y aún así mantener un 52.2 por ciento de efectividad en tiros de campo lo convierten en un arma tan letal como efectiva.

Evidencia es su promedio de 15.1 puntos por juego, 6.6 rebotes y 1.4 bloqueos, además de su forma de cerrar el camnino a sus adversarios para dejar el paso libre a tiradores de la talla de Jeff Teague, el máximo anotador del equipo.

Cabe señalar que el jugador de 6’10 de estatura y 250 libras siempre ha sido un ganador, por lo que no extrañaría verlo en la final de la NBA, aún más, alzándose con un anillo de campeón.

Se recuerda que Horford en dos años consecutivo condujo al campeonato a los Gators de Florida en el baloncesto colegial en las temporada (2006-2007).

No hay duda que en la actualidad el dominicano está en la cúspide de los mejores jugadores.