Se calcula que hay unos 20 cuatrillones de hormigas en todo el planeta, excepto en la Antártida, lo cual es una pena, teniendo en cuenta el nombre del continente (NdR: juego de palabras entre “ant”, hormiga en inglés, y “Antártida).
Pero un primer plano de una hormiga carpintera que empezó a circular la semana pasada no se parece en nada a los rostros de dibujos animados de películas como “La vida de un bicho” de Disney/Pixar o “Antz” de DreamWorks.
En cambio, la imagen del fotógrafo lituano Eugenijus Kavaliauskas recuerda a una película de terror, con las antenas de la hormiga carpintera asomando por unos inquietantes círculos rojos y su mandíbula pareciendo la sonrisa de dientes de sable de un alienígena.
La foto -que recibió una distinción en el Concurso de Fotomicrografía del Mundo Pequeño 2022 de Nikon- fue rápidamente calificada por los usuarios de Twitter como combustible de pesadilla.
Sin embargo, para Kavaliauskas, la foto que capturó ampliando cinco veces la cara de una hormiga con un microscopio estereoscópico de 10 aumentos es un ejemplo de “los diseños de Dios y de los muchos milagros interesantes, hermosos y desconocidos que hay bajo los pies de la gente”, dijo a The Washington Post.
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Amante de la naturaleza, Kavaliauskas comenzó su carrera de fotógrafo de fauna silvestre tomando imágenes de aves de presa, algunas de las cuales le valieron premios. Pero hace cuatro años, el deseo de desenterrar los secretos del mundo, la pasión por el “ángulo invisible” y las lecciones de su amigo y colega fotógrafo Saulius Gugis le inspiraron para iniciarse en la fotomicrografía, o sea, en la captura de imágenes bajo el microscopio. El oficio cambió por completo su perspectiva, dijo.
“No hay horrores en la naturaleza, sólo falta de conocimiento”, dijo Kavaliauskas. “Cuando empecé con la fotomicrografía y antes de eso, era como todo el mundo: todos los escarabajos e insectos eran monstruos para mí. Ahora la situación ha dado un vuelco. Muchos insectos no son tan agradables a la vista como un gato, pero todo depende de tu punto de vista”.
La idea de fotografiar una hormiga carpintera -especie que mastica la madera para diseñar túneles para sus nidos- surgió al observar los pequeños bichos que se arrastraban por los árboles del bosque cercano a su casa en Tauragė (Lituania). Llegó a la imagen jugando con las sombras y la luz que inciden en la cara de la hormiga.
La foto ampliada hace que la hormiga parezca más amenazante de lo que debería. Por ejemplo, las esferas rojas en la cara de la hormiga, aparentemente burlona, no son sus ojos, que están ocultos en la foto; son donde empiezan sus antenas. Y las cosas afiladas que salen de su mandíbula son, en realidad, diminutos pelos de activación, utilizados para comunicarse y percibir el entorno que las rodea.
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“Si hubieras tomado una foto de la cabeza de esa misma hormiga un poco más atrás, habría sido casi adorable”, dijo Miles Maxcer, investigador graduado de la Fundación Nacional de la Ciencia en el departamento de entomología y nematología de la Universidad de Florida. “¡Juro que algunas hormigas pueden ser realmente lindas y peludas!”.
Donde algunos encuentran horror, los científicos ven una especie que ayuda a las plantas a dispersarse, airea el suelo y mantiene limpios los ecosistemas actuando como una especie de servicio de eliminación y reciclaje de residuos de primera categoría.
Aunque la hormiga carpintera no sea una maravilla -o, digamos, tan adorable como un cachorro de golden retriever-, es bonita en otros aspectos, dice Maxcer, que también es director de la Ant Network, una organización de comunicación científica.
Las hormigas carpinteras tienen una “relación casi domesticada” con los pulgones, unos bichos diminutos que chupan los jugos de las plantas y los convierten en melaza, un líquido azucarado que segregan y que es una importante fuente de alimento para las hormigas carpinteras. Los pulgones, dijo, son “el más patético defensor de su propio cuerpo”, por lo que las hormigas carpinteras se encargan de protegerlos de los depredadores, guiarlos y mantenerlos calientes durante los meses de invierno.
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“Lo que hacen estas hormigas es cultivar los pulgones, de forma parecida a como los humanos cultivan el ganado”, dijo Maxcer. “Protegemos a nuestras vacas lecheras, las alimentamos, nos aseguramos de que nada les haga daño, y a cambio obtenemos leche. Pues bien, las hormigas carpinteras hacen lo mismo, pero obtienen melaza”.
Maxcer afirma que las hormigas son grandes ingenieras, ya que adoptan una arquitectura increíblemente compleja para construir sus nidos. También se dedican a la agricultura cultivando hongos y son criaturas extremadamente sociales, con colonias organizadas que podrían rivalizar con cualquier gran ciudad.
Y las hormigas -aunque de cerca sean un poco aterradoras- se consideran una “especie clave”, o un organismo instrumental que actúa como el pegamento que mantiene unido un hábitat.
“Lo que hacen las hormigas en los ecosistemas tiene un gran alcance”, afirma Maxcer. “Si se eliminaran las hormigas de la mayoría de los ecosistemas del mundo, se vería cómo cambian drásticamente y, en algunos casos, se colapsan”.
Tal vez sea conveniente tenerlo en cuenta antes de aplastar una, o de perder el sueño por esa inquietante foto.