SANTIAGO. Los pacientes que acuden diariamente al hospital José María Cabral y Báez, de esta ciudad, enfrentan serias dificultades. Y esto como consecuencia de la carencia de medicamentos y material gastable y las deficiencias en los servicios médicos y de enfermería, en un centro llamado a ser la puerta grande a la esperanza a sus problemas de salud.
La insuficiencia en el abastecimiento de fármacos y material gastable, representa un drama al que los pacientes se enfrentan constantemente, por lo que se ven obligados, tanto ellos como sus familiares a ir a la calle.
Las huelgas, protestas y el descontento del personal, tanto médico como de enfermería, obligó a las autoridades de Salud Pública a aumentar el presupuesto de este centro el año pasado, de RD$10 millones a RD$20 millones mensuales, con el fin de mejorar los servicios.
Sin embargo, para el ex presidente del Colegio Médico Dominicano de Santiago, doctor Manases Peña, este centro asistencial adolece dedos problemas básicos, como son son la falta de recursos y una gerencia limitada.
Peña señala que para ser este un hospital regional, que recibe pacientes de las 14 provincias del Cibao, y donde más del 40 por ciento de su presupuesto mensual lo absorben los pacientes haitianos, pocos son los problemas a los que se enfrentan diariamente.
El problema de gerencia es otra de las contrariedades que aquejan a este centro, que tiene unos 3 mil empleados, porque es una entidad que se utiliza de forma política. Así, cualquier compañerito que quiere trabajar lo colocan en nómina, y eso obviamente perjudica la imagen gerencial del hospital, explica.
Y el gobierno no le está prestando mucha atención, porque el hospital no se preparó para poder competir con los demás centros en lo que es la seguridad social, expresó el médico.
Se recuerda que a mediados del año pasado en el Cabral y Báez no había anestesia para las cirugías, y la ropa quirúrgica se la solicitaban a los pacientes.
El sistema de ascensores del edificio, estuvo fuera de servicio y los camilleros encontraron gusanos debajo de un colchón, como una muestra de las condiciones en que se hallaba el hospital.
El relacionista público del hospital, Sergio García, aclara que este hospital de referimiento de tercer nivel ha sido sobre-usado por los pobladores, lo que lo ha hecho insuficiente.
Una simple cirugía o cualquier enfermedad que puede tratarse en un hospital periférico, o si es de un lugar fuera de la provincia, en el hospital de esa jurisdicción, llegan a diario a este hospital. Eso nos resta, porque somos un hospital de referimiento, para casos que exijan de un especialista, explicó.
Indicó que el paciente, al no ser tratado de manera primaria en esos centros, los recursos de los cuales dispone, esos pacientes nos lo quitan. Nos quitan el espacio, y eso se manifiesta en que el hospital quiere, pero no puede, añadió el ex presidente del gremio médico en esta provincia.
Paciente. Jonathan Almonte, quien regularmente asiste al centro, desde Licey, contó que estuvo por espacio de cuatro meses interno, porque le hicieron una operación en una pierna, luego de un accidente, y que el trato fue excelente.
Hoy puedo caminar gracias a las atenciones de los médicos. No me faltó nada, y en cuanto a la higiene, venían todos los días a limpiar, explicó.
El paciente Almonte señaló que de lo que pudo escuchar en todo ese tiempo, es del mal estado de los baños en el área de consulta externa.
Quejas
Parte de las quejas es que los médicos no llegan a trabajar a tiempo.
«Hay ocasiones en que son las 10 de la mañana y no hay personal todavía, y la gente tiene que esperar más tiempo», Rosa Ureña. El hospital José María Cabral y Báez, el más grande de la región del Cibao. Tiene 502 camas en áreas generales y 40 en emergencias.