Hospital infantil necesita tomógrafo

Hospital infantil necesita tomógrafo

SANTIAGO. El pastor Pablo Ureña, se encadenó la mañana de este lunes en demanda de que el gobierno y Salud Pública atienda las necesidades del Hospital Infantil Arturo Gullón el cual no tiene un tomógrafo y trabaja con un quirófano de 7 existentes. Hoy/Geraldo Cruz 29/5/17

SANTIAGO. El pastor Pablo Ureña se encadenó la mañana de ayer en demanda de que el Gobierno y Salud Pública atiendan las necesidades del hospital Infantil Arturo Grullón, el cual no tiene un tomógrafo y trabaja con un quirófano de los siete existentes.
Señaló que da vergüenza, que a diario mueran niños que no pudieron ser atendidos con tiempo en el centro hospitalario por la falta de un aparato cuyo costo no es tan alto y que, al mismo tiempo, el Gobierno gaste millones de dólares en “artículos y cosas menos significativas que equipos para este hospital regional para niños y niñas pobres”.
Ureña explicó que se encadenó porque a él le duele ver cómo familias que no tienen dinero para hacer una tomografía y que en el hospital le digan que no pueden hacerla allá. Luego los padres se llevan al menor, muere y “claro, no pueden implicar al hospital”.
Sostuvo que desde hace tres años no hay tomógrafo y que de los siete quirófanos que existen solo hay uno que funciona y se habilita para las emergencias. Por ello, los casos que ameritan ser programados son eternos.
“No son pocos los niños que sus padres los han traído aquí con un golpe en la cabeza. La familia no tiene con qué llevar al niño a hacerse la tomografía a otro lugar. Eso no es justo que pase en un hospital regional donde casi vienen niños de las 14 provincias”, aclaró.
Contó que hay un caso en Santiago Rodríguez de una señora que el sábado fue a un hospital en Santiago Rodríguez y no le atendieron a su hijo. Pasó por Mao Valverde pero tampoco habían equipos y vino aquí a Santiago, al hospital que se supone que es regional, y tampoco había nada.
Manifestó que como santiaguero y trabajador incansable por los derechos de los niños, niñas y adolescentes, no se quedará con los brazos cruzados.

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