Hospital Juan Pablo Pina, de SC,  en medio del hedor y abandono de los pacientes

Hospital Juan Pablo Pina, de SC,  en medio del hedor y abandono de los pacientes

El hospital regional Juan Pablo Pina, en San Cristóbal, se cae a pedazos mientras el hedor, el sucio, la falta de medicamentos, de material gastable, de agua y el atraso en el pago a los empleados y trabajadores, de entrecinco y seis meses,   ameritan que ese centro sea declarado en estado de emergencia.

Hedor por doquier.  En los baños las heces fecales se observan hasta en el piso y los zafacones, por lo que el hedor se expande por todas partes; en las habitaciones, las camas no tienen sábanas y los familiares de los pacientes deben llevar hasta el agua desde sus casas para el aseo personal, porque al hospital no llega el líquido y cuando suelen mandarla no es apta para el consumo.

Salir de hospital.  Ni siquiera los estudios de laboratorio se hacen en el establecimiento, por lo que los pacientes se ven obligados a salir fuera para los procedimientos, lo que provoca ansiedad y desesperación, como se pudo comprobar ayer durante una visita.

Esther Reyes llevó a su abuela Dominica Pérez, de 80 años, con pre infarto a las 6:00 de la mañana pero todavía al mediodía permanecía sentada en una silla, en uno de los baños del área de pediatría, por falta de camas para internarla.

Niños dan pena.  En pediatría, los niños son acostados en los colchones pelados, si sus madres o parientes no llevan las sábanas desde sus casas, y la insalubridad brota ante los ojos de quienes se asoman al área, por lo que muchos se preguntan si en vez de salud lo que encuentran en el hospital es enfermedades.

 En el área de Emergencias,  las pocas camillas no cuentan siquiera con colchones y con frecuencia los pacientes son acostados sobre el hierro y en bancos en los pasillos.

Kirsi Turbí lleva 12 días con su marido, Roberto Peña, en una habitación, luego que fuera referido a ese centro desde Baní.  Dice que allí no hay sábanas ni agua y que la higienización deja mucho que desear.

Con lágrimas en los ojos por la impotencia, Juan Antonio Martínez Núñez, de 78 años, dice que lleva tres días con una indicación para transfusión de sangre, lo que no ha sido posible a pesar de que tiene en su poder un carnet del régimen subsidiado de Senasa. Fue referido desde Haina.

Sin cobrar.  A esta situación se agrega un personal desganado, con cinco y seis meses que no reciben un centavo por sus labores en el hospital, y que cuando acuden a la dirección a reclamar la respuesta es la cancelación.

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Obra millonaria

El 5 de junio, el entonces presidente Leonel Fernández inauguró la ampliación y modernización del hospital Juan Pablo Pina, construida con un monto superior a los 530 millones de pesos. La nueva emergencia permanece cerrada, mientras los pacientes ven disminuir sus posibilidades de vida en la vieja estructura.

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