El proceso de recuperación de los enfermos mentales del hospital Psiquiátrico Padre Billini se torna más lento por las precarias condiciones de su infraestructura y las carencias y limitaciones existentes como la falta de energía eléctrica.

Ninguno de los pabellones donde están internos las 170 personas, 81 de ellas, principalmente envejecientes abandonados por sus familiares, no tiene energía eléctrica por lo que el calor y la oscuridad afectan su mejoría física y mental y por tanto su calidad de vida.

La doctora Carmen Ramírez, directora del centro de salud mental desde el pasado mes de febrero, dijo que ese hospital construido el primero de agosto de 1959 estaba en franco deterioro y tras ser evaluado por el Ministerio de Salud Pública y la Organización Mundial de la Salud concluyeron un mal estado de la planta física en general. “No tiene distribución de agua potable y servida, mala distribución eléctrica y problemas en su infraestructura”, indicó.