Crisis. En el vecino país la situación empeora
Directores de varios de los principales hospitales de Haití han advertido que se verán obligados a cerrar definitivamente si no llega el diésel.
Haití atraviesa por una aguda crisis de combustibles en medio de una ola de atracos a cargo de pandillas que han tomado el control de ese país y de protestas sociales ante la inseguridad.
La Oficina de Ayuda Exterior de Haití (BMPAD), encargada de la compra de combustibles, posteó un video en el que informó que el país tenía disponibles 150,000 barriles de diésel y 50,000 barriles de gasolina, cifras que permitirían abastecer el mercado por varios días, según especialistas consultados.
Según se ha publicado, el problema es que parte del carburante está en la terminal de Varreux, tomada por la pandilla de Chérizier.
“Por eso es que mientras la escasez se incrementa, el mercado negro de gasolina se expande al punto de que un galón se transa en 20 dólares, cuando la misma cantidad costaría 2 dólares en una estación de servicio”, se explicó.
Las calles, de momento, están más vacías que de costumbre, no solo por la falta de combustible para facilitar la movilidad, sino también por el temor ante la ola de secuestros y la violencia. De hecho, ni siquiera la agencia de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) pudo concretar una entrega de gasolina para los hospitales porque, ante la inseguridad, los proveedores se niegan a hacer despachos.